Aymeric Laporte fue una de las grandes estrellas de la Eurocopa 2024 que conquistó España hace escasos meses. El veterano central dio forma a una excelente pareja con Robin Le Normand y dotaron de firmeza a la zaga de Luis de la Fuente. Pues bien, en una entrevista con el programa de RMC Sport, Rothen S’enflamme, el defensa explicó los motivos que le llevaron a nacionalizarse español en el año 2021 y como, en cierto modo, se vio obligado a jugar con la Selección española.
"Si fui a la selección francesa y luego no volví a ir, tuvo más que ver con relaciones personales que no funcionaban. No podía esperar más. Pasaron los años y, al final, siempre era el mismo entrenador. Si quería jugar en competiciones internacionales, tenía que tomar decisiones. Y tuve que tomar esa decisión. Hoy estoy muy contento y me siento muy bien en la selección española. Se adapta a mí, también en términos de personalidad", expresa.
Más allá de ser una decisión que partiese de sí mismo, el zaguero señala que la mala relación con el seleccionador galo, Didier Deschamps, fue determinante a la hora de tomar un nuevo camino. "Tuvimos varias conversaciones que no fueron necesariamente las más amables. Se acabó, ya ni siquiera pienso en ello", comenta ante una situación que le obligó a tomar cartas en el asunto para brillar en el panorama internacional.
Lo cierto es que en su momento fue sorprendente ver a Laporte desapareciendo de la selección francesa. Durante mucho tiempo fue una gran promesa, e incluso portó el brazalete de capitán en categorías inferiores. La realidad es que solo fue convocado en una ocasión con la absoluta y, cansado de esperar, en 2021 decidió obtener la nacionalidad española. El resto de la historia es de sobra conocida. En julio se proclamó campeón de la Eurocopa al derrotar en la final a Inglaterra por 2-1.
Laporte ya estuvo con España en el Mundial de 2022, cita en la que el equipo dirigido por Luis Enrique cayó eliminado antes de lo esperado. Cuestionado por tal torneo, subraya que con el ahora entrenador del Paris Saint-Germain había una rigidez en el sistema que no les permitía expresarse con libertad. "Con Luis Enrique, había un esquema táctico fijo. No teníamos mucha libertad en el terreno de juego, las cosas se hacían como él decía, existía solamente el juego y nada más", concluye.