Tras el descenso de la pasada campaña, el Málaga CF lucha por regresar a Segunda división en el Grupo 2 de Primera RFEF, donde marcha cuarto clasificado, en puestos de promoción de ascenso. Pero la temporada blanquiazul está dejando otras gratas noticias, como el estreno de un nuevo canterano en el que hay depositadas muchas esperanzas.
Se trata de Aarón Ochoa, mediapunta de sólo 16 años que ya ha jugado con el primer equipo malaguista en cuatro partidos de Liga y otros dos de la Copa del Rey, incluido el duelo ante la Real Sociedad en La Rosaleda, en el que partió como titular y dejó una grata impresión.
Pero la progresión del futbolista nacido en Marbella, que tiene ficha del juvenil pero ha irrumpido con fuerza en el Atlético Malagueño, no sólo está llamando la atención en nuestro país. Desde el pasado año, de hecho, es ya internacional en categorías inferiores, pero no con España, sino con Irlanda, de donde es su madre.
Tras haber sido un asiduo en la sub 16, Ochoa Maloney, que así lo llaman en su ‘otro’ país, es ahora también un fijo en el combinado sub 17, con el que estuvo la pasada semana concentrado en el Pinatar Arena de Murcia, participando con el 9 a la espalda en sendos amistosos ante Hungría y Dinamarca, saldados ambos con derrota.
Ahora, el gran objetivo de Irlanda es estar en el Europeo sub 17 del próximo verano en Chipre, aunque no lo tendrá fácil. Para ello, tendrá que afrontar entre el 20 y el 26 de marzo la Ronda Élite ante Portugal, Alemania y Croacia, con dos billetes en juego.
Mientras tanto, desde la Real Federación Española de Fútbol tampoco lo pierden de vista. Su desparpajo no pasa inadvertido y es vigilado atentamente, pues cabe la posibilidad de ‘recuperarlo’ para que pueda vestir la camiseta de España, la misma que lucen otros compañeros suyos en la cantera malaguista, como son Izan Merino y Antonio Cordero, ahora en la sub 18.
En el Málaga, por su parte, son conscientes de que no tardarán en aparecer clubes interesados en Ochoa, que ya es el segundo jugador más joven de la historia en debutar con el primer equipo blanquiazul, tras el camerunés Fabrice Olinga, ahora en las filas del Botosani rumano.
Por ello, ya se apunta que la idea del club de Martiricos no es otra que mejorarle su contrato y ampliarlo hasta 2027, como se ha hecho con otros canteranos que han despuntado en los últimos tiempos.