En la Real Sociedad todos echan de menos a David Silva. A sus 37 años, el ‘mago de Arguineguín’ se preparaba para afrontar su cuarta temporada en las filas del conjunto donostiarra, pero no pudo cumplir su deseo de jugar una campaña más por la grave lesión sufrida durante el verano. La rotura de ligamentos cruzados de su rodilla izquierda precipitó su retirada y ahora trata de adaptarse a esta nueva realidad lo más pronto posible.
Así, tras pasar el verano en Gran Canaria junto a su familia, el ex jugador del Valencia o el Manchester City ha decidido regresar a Donostia y este jueves se desplazará a Vitoria, donde será sometido a una operación de rodilla por parte del prestigioso cirujano Mikel Sánchez.
A la espera de dicha intervención, el campeón del mundo tiene previsto llevar a cabo su recuperación en la misma ciudad en que lleva residiendo desde 2020, demostrando de ese modo que la Real Sociedad y San Sebastián le han calado hondo. No será tratado, eso sí, por los servicios médicos y recuperadores del conjunto vasco, como en un principio se había apuntado, pues al poco de conocer el alcance de su lesión, decidió rescindir su contrato y renunciar al año de ficha que le quedaba.
Al echar la vista atrás, Silva no se arrepiente de la decisión tomada. "Quería jugar un año más porque me sentí bien la temporada pasada. Luego me lesioné y me di cuenta de que ya no podía jugar. Pero estoy convencido de lo que hice. Toda la gente que me rodea está más triste que yo porque no puedo jugar, pero la vida es así. Cuando comencé a jugar, no podía imaginar que ganaría tantos títulos. El objetivo era sólo jugar al más alto nivel posible. Estoy más que feliz con lo que logré en mi carrera", ha explicado en una entrevista en Mirror.
El canario, además, ha desvelado en el medio británico sus planes de cara a la larga recuperación que le espera por delante. “Iré a San Sebastián, viviré allí un año y haré mi rehabilitación. Mi hijo irá al colegio y la familia estará allí, luego volveremos a Gran Canaria", comentó.
A partir de ese momento, en sus planes de futuro no descarta volver al mundo del fútbol, aunque tampoco tiene prisa por formarse como técnico, que sí es una idea que le ronda por la cabeza.
“Quizás algún día me convierta en entrenador, pero no todavía. Ahora estoy disfrutando del descanso y centrándome en el vino", explicó Silva, que triunfa en el mundo de los negocios gracias a sus Bodegas Tamerán, cuyos vinos ya se exportan no sólo a la península, sino a países de Europa como Alemania o Inglaterra e incluso a Estados Unidos.