El mercado se sigue moviendo. Pese a que tras el parón por fecha FIFA la atención está puesta en lo que ocurre sobre el verde en las grandes ligas, no es menos verdad que en las diferentes direcciones deportivas siguen trabajando sin descanso para encontrar esas piezas que puedan reforzarles en el cercano mercado de invierno o, en todo caso, en el siguiente periodo estival de verano. Pues bien, uno de los jugadores que tienen señalado en rojo en más de un equipo es Andrei Ratiu.
El lateral derecho del Rayo Vallecano está firmando una gran temporada que no está pasando desapercibida para muchos equipos que le ven como una fantástica adquisición tanto por coste, como por rendimiento en la actualidad. A sus 26 años el jugador internacional por Rumanía es un fijo para Iñigo Pérez y suma ya hasta 10 partidos en LaLiga EA Sports, competición en la que lleva un gol y una asistencia.
Ante tal despliegue, y según señala el periodista Ekrem Konur, es el Nápoles el primer equipo que ha movido ficha para intentar hacerse con el jugador de la escuadra madrileña; tanto es así que estaría preparando una oferta de hasta 10 millones de euros para hacerse con los servicios del lateral derecho.
Aunque tal cantidad colmaría las expectativas del Rayo, equipo con el que el futbolista tiene contrato hasta el 30 de junio de 2028, hay que tener en cuenta que el Villarreal CF retiene el 50 por ciento de los derechos, por lo que se llevaría la mitad de la venta... si es que no quieren directamente firmarlo ellos.
Así es. Se trata de una posibilidad muy real que los castellonenses tomen cartas en el asunto para repatriar a Ratiu. Según señaló Mundo Deportivo hace algunas semanas, la secretaría técnica de los amarillos están siguiendo muy de cerca los progresos del defensa de banda y no descartan ficharlo, algo a lo que ayuda el hecho de que Kiko Femenía acabe contrato en verano y que Juan Foyth lleve tanto tiempo arrastrando problemas físicos.
Si bien el portal Transfermark señala que el rumano está valorado en 4 millones de euros, es obvio que su rendimiento y edad (26 años) invitan a pensar que el precio de su salida será superior. Por ello, en el Nápoles han entendido que si quieren asegurarse su fichaje no pueden andarse con demasiados rodeos a la hora de hacer una oferta formal.