En medio de la tempestad continua que vive el Rayo Vallecano, con problemas deportivos, institucionales y sociales, una de los pocos motivos para sonreír que tienen en el barrio es la llegada de Iñigo Pérez al banquillo. Tras el fracaso de Francisco, que comenzó mejor de lo esperado, pero sufrió una caída estrepitosa, la apuesta ha sido fácil, firmar al que hasta hace muy poco era el segundo entrenador de Andoni Iraola, quién regaló a Vallecas los mejores momentos de sus últimos años ante de iniciar su aventura inglesa. Pero el exjugador no lo tendrá nada fácil, ya que en su debut tendrá enfrente nada más y nada menos que al Real Madrid.
Ante los blancos lo más importante para él será "no tener miedo", ya que les van a exigir lo máximo y deben mantener durante los novena minutos la "solidez", tanto en defensa como en ataque y cumplir a rajatabla los matices tácticos que propongan."Puedes notar alguna debilidad e intentar llevarles al límite pero una de las claves es perderles el temor y salir a por el balón porque si ellos te notan el temor te pasan por encima", recalcó el ex de Osasuna en su primera rueda de prensa como franjirrojo.
No ha dirigido muchos entrenamientos, pero lo poco que ha podido estar en contacto con sus pupilos, los ha visto en buena forma y sobre todo, "con ilusión". Pese a que es un neófito como primer técnico y las alturas de la temporada en las que están, Pérez se considera un afortunado, por llegar a un sitio que ya conocía a la perfección, sin embargo, no ha podido profundizar aún en su idea de forma individual. “En este poco tiempo es difícil dar matices de uno mismo. He ido por una línea continuista y me gustaría ir añadiendo cosas." No obstante, ha hecho énfasis en el aspecto emocional, para que se den cuenta "del objetivo" y salgan del pozo."Tanto fuera como dentro había un exceso de tristeza y yo he intentado levantarlos a nivel emocional”.
En su etapa anterior, el Rayo se basaba en ser "muy sólido" y el quiere lo mismo, seguir siendo "agresivos" y volver a la línea del año pasado, lo que les permitiría ir "hacia arriba", eso sí, manteniendo "la misma línea del año pasado", ya en que en tres días es "imposible" hacer más que eso.“Quiero un Rayo que sea valiente, pero organizado y sólido, no podemos dejarnos llevar por la emoción y el entusiasmo que rodea el partido, con el cincuenta por ciento de cabeza y corazón”, apuntó el centrocampista.
Es un "honor" para él que su primer partido sea ante Ancelotti, un técnico al que respeta mucho y toma como referencia por lo bien que lo hace cada año al frente del Real Madrid. Precisamente ante ellos se mostraron muy bien el pasado año, cuando perpetraron un marcaje increíble sobre Vinicius, algo que tratará de emular mañana. "No voy a descubrir el nivel de Vinicius, el año pasado el marcaje que se le hizo fue extraordinario e intentaremos buscar esa idea, sabiendo que la dificultad es grande", remató convencido.