Sara Portillo Maya4 min lecturaEl máximo goleador español de la historia de LaLiga, por detrás de Messi y Cristiano Ronaldo, aún no tiene equipo desde que terminara su contrato el 30 de junio con el Málaga. El futbolista de Las Palmas de Gran Canaria tuvo numerosas opciones durante el pasado mercado de fichajes, pero no terminaron por convencerle. En lo que se define su futuro más inmediato, algunas voces autorizadas se han referido a él y uno de ellos es Javier Balboa, con quien coincidió en el Racing de Santander.
El periplo de Rubén Castro en el club de Santander no fue el deseado, de hecho fue condenado al ostracismo. Allá por la temporada 2006/2007 fue cedido por el Deportivo en un verano en el que también desembarcaron Munitis, Momo y Scaloni, a cambio de Aouate. La aventura en El Sardinero... no sentó nada bien a la ya ahora leyenda bética. En el ataque del equipo de Santander era la última opción para el entrenador Miguel Ángel Portugal, siempre por detrás y a la cola de Munitis, Zigic, Óscar Serrano, Juanjo o Aganzo.
Así lo explica Balboa en el podcast Offsiders, donde confiesa que era algo que no llegaba a entender: "Es otra de las cosas que he vivido en el fútbol más impresionantes que me he podido encontrar porque no lo entendía. Tú veías entrenar a Rubén Castro... se le caían los goles. Y no iba convocado nunca, tío. De esas cosas que al entrenador por lo que sea no le cuadra y tú decías ¿pero cómo este tío no va a jugar? Ni un minuto. Ya no te digo que sea titular. ¿Pero que no vaya convocado en nada? ¿Y que no juegue ni un minuto?".
Rubén Castro no era un 'novato' en la categoría y en los entrenamientos hacía flipar a sus compañeros, por eso Balboa explica: "Yo me quedaba flipado. Él era quinto delantero, son cosas que no se entendían. Y fíjate, máximo goleador histórico del Betis", agrega.
Además, confiesa que es Rubén Castro uno de los futbolistas que más le ha sorprendido: "Es de los jugadores que más me han sorprendido entrenando por su facilidad para el gol. Con lo difícil que es, él lo hacía muy fácil".
24 minutos en un partido contra el Getafe, es todo lo que consiguió Rubén Castro, en la segunda jornada. Sustituyó a Balboa como revulsivo, para tratar de revertir un resultado desfavorable por 1-0. El encuentro, al final, se lo llevó el conjunto azulón. Y Rubén Castro se quedó sin más oportunidades.
Así que se marchó en el mercado invernal, para tratar de hacerse un hueco en otro club que le diera más confianza y con el que poder despuntar. Se embarcó en el proyecto del Nástic de Tarragona y logró rendir a buen nivel.