Getafe
Valencia
La derrota del Valencia por la mínima en el campo del Getafe trajo consigo el enfado de Rubén Baraja, técnico del conjunto che, que señaló directamente al colegiado, Guillermo Cuadra Fernández. La polémica estuvo en las dos expulsiones sufridas por su equipo, deteniéndose especialmente en la primera amarilla que vio Gabriel Paulista en la primera mitad.
"Sin duda que ha condicionado. Tú ves el partido y que acabes con nueve no tiene explicación. Como capitán va a protestar al árbitro una posible amarilla, no le gusta la acción y ya le condiciona. Lo gratis que sacan amarillas me molesta. Luego te lleva a que no puedes hacer lo que haces en la segunda acción porque ya tienes amarilla”, explicó, refiriéndose de ese modo a la acción que le valió la roja al brasileño al comienzo de la segunda parte, tras darle un manotazo a Latasa en un salto.
Con uno menos durante 40 minutos, el Valencia aguantó el 0-0 hasta los instantes finales, cuando un gol de Borja Mayoral acabó decantando la balanza. Luego, tras ese tanto, sus jugadores se desquiciaron al ver cómo el trabajo hecho era tirado por la borda, llegando la roja directa a Javi Guerra.
“No sé qué ha pasado, tengo que hablar con él", señaló Baraja al respecto. Pero lo cierto es que en el acta del colegiado se recoge que fue expulsado “por protestar gritándome en los siguientes términos: ¡Eres malísimo, malísimo!”. Una conducta que podría hacer que le caiga incluso más de un partido de sanción.
El enfado del técnico che, además, le hacía pensar en las dos importantes bajas que tendrá de cara al próximo encuentro ante el Barcelona, insistiendo en el caso concreto de la roja a Paulista, que marcó sin duda el partido. “La acción de la segunda no se puede hacer teniendo una amarilla. Ahí se ha equivocado. ¿En qué momento no soy crítico con él? Lo que sí digo es que la primera amarilla es cuestionable, porque a mí me la ha enseñado simplemente por preguntarle por qué. Ahora perdemos dos jugadores para el próximo partido".
Pese a su rajada, no obstante, Baraja optaba por morderse la lengua y no ir más allá. "Prefiero no decir nada. Hay cosas que no puedo entender y prefiero callarme", sentenció. Pero uno de sus jugadores, Pepelu, sí habló alto y claro sobre la actitud del árbitro, más allá de sus decisiones en acciones puntuales.
“No ha sido un partido para tres expulsiones. Perdemos el partido por deméritos nuestros, pero hoy toda España que ha visto el partido se estará preguntado muchas cosas. El espectáculo no ha sido lo que se merece La liga española", indicó.
Así, aunque reconocía que la derrota se produjo por “deméritos” propios, el centrocampista insistió en atizar al colegiado, lo que también le podría costar un castigo. “No me gustan que nos traten así, son chavales honrados y las pulsaciones en un partido te van a mil, pero cuando te tratan así desde el minuto 1, con esa chulería, pues es difícil jugar un partido. Nosotros estamos metidos con muchas pulsaciones, él también, pero todos debemos ser iguales y creo que el tono de hoy no es el adecuado. Esto no puede ser así en una competición como LaLiga”, sentenció.