At. Madrid
R. Madrid
El Real Madrid se dejó el liderato en el Cívitras Metropolitano, donde sucumbió ante un Atlético de Madrid más intenso y más enchufado, que se impuso por 3-1 merced a tres testarazos, dos de Morata y uno de Griezmann, que provocaron en su eterno rival un verdadero dolor de cabeza.
El derbi madrileño era el plato fuerte de la sexta jornada de LaLiga EA Sports y no defraudó a nadie. En un arranque de partido intenso y con las revoluciones disparadas, el Atlético de Madrid se adelantaba en el marcador a los 4 minutos. Samuel Lino profundizaba por la izquierda, recortaba hacia adentro y su centro lo peinaba lo justo Morata, que le cogió la espalda a Alaba, para hacer estallar el Metropolitano.
La alineación de Ancelotti estaba plagada de centrocampistas, sin una referencia ofensiva ante el banquillazo a Joselu, y eso obligaba tanto a Lucas Vázquez como a Fran García a proyectarse en ataque, lo que fue aprovechado por Simeone para trazar un plan muy definido: balones a la espalda de los laterales.
Por ahí, el Atlético encontró una autopista hacia la meta de Kepa, llegando el 2-0 en el 17’ con otro centro desde la diestra, esta vez de Saúl, cabeceado por Griezmann de forma inapelable. Un gol que dejó muy tocado a un Real Madrid que hasta ese momento había intentado sobreponerse al 1-0 a base de toques sin profundidad, sin más remedio que probar fortuna con disparos lejanos.
Pasada la media hora, Kepa evitaba el tercero, esta vez tras un ataque por la diestra y un disparo raso de Saúl. Pero poco después, Kroos enganchaba un misil desde la frontal para recortar distancias y el guion del partido cambiaba por completo. De ahí al descanso, el Real Madrid encerró en su campo a un Atlético que no encontraba la espalda de los laterales blancos para sorprender, llegando la polémica con un tanto anulado a Camavinga por un fuera de juego de Rüdiger, que no tocó el balón en una jugada que mandó primero Alaba al palo.
Pero tras el paso por vestuarios, el Atlético volvió a salir como un ciclón, cortando de raíz la dinámica previa al intermedio con un nuevo gol de Morata. De cabeza una vez más, el internacional español aprovechó la pasividad de la zaga blanca y aprovechó el centro de Saúl desde la izquierda para asestar un duro golpe a su rival.
Quedaba un mundo por delante, pero los de Ancelotti no fueron capaces de generar peligro más allá de disparos lejanos protagonizados por Tchouaméni o Rüdiger, mientras que los colchoneros rozaban el cuarto con otro cabezazo de Hermoso que tocó en el larguero.
Los tres puntos se quedaron en un Metropolitano exultante y el Madrid se quedó sin liderato, acabando cabizbajo entre los olés de la afición colchonera. Sin duda, una derrota que duele y escuece en la ‘casa blanca’.