Si caliente estaban la afición del RCD Mallorca y sus profesionales por el trato recibido por los familiares de los jugadores en Arabia Saudí durante la semifinal de la Supercopa de España, lo que motivó una protesta masiva antes, durante (especialmente, en el minuto 12) y después del encuentro ante el Real Betis, la actuación arbitral dejó bastante descontentos a los bermellones. Especial mención para dos acciones: la roja directa a Omar Mascarell en el minuto 73 y el posible penalti de Ángel Ortiz a Dani Rodríguez en el 92. Por cierto que el canario fue expulsado de manera calcada al pasado curso contra el mismo rival, aunque aquella vez fue al filo del descanso y por otra entrada a destiempo a Marc Roca en el Benito Villamarín. No señaló nada en un primer momento Alberola Rojas, quien, advertido por su ayudante desde Las Rozas Trujillo Suárez, corrió al monitor para certificar que la acción merecía el máximo castigo.
No parece, objetivamente hablando, que haya mucho que discutir esta vez, pues el ya amonestado pivote de los baleares golpea con los tacos a la altura del tobillo, casi el tendón de Aquiles, de Jesús Rodríguez, que tuvo que marcharse lesionado y vio cómo le aplicaban hielo en la zona. Con pronóstico reservado, se teme una lesión "importante", en palabras de Manuel Pellegrini, para el extremo alcalareño, que había recibido previamente otras duras entradas de Johan Mojica, Pablo Maffeo, Samú Costa y el mismo Mascarell. Bastantes más dudas existen con la jugada del alargue, todavía con 0-0 en el marcador. Protegió bien el balón dentro del área Dani Rodríguez, que le había ganado la posición al carrilero nacido en Almendralejo, que golpea levemente con su pie el del rival y, de paso, acompaña su caída con un agarrón de la camiseta. El colegiado manchego, muy cerca y sin nadie por delante, decidió que no había nada punible.
En estos casos, como pasó también la temporada pasada con Jesús Navas y Tasos Douvikas en las postrimerías de un igualadísimo RC Celta-Sevilla FC, suele valorarse si la intensidad del forcejeo puede derribar al jugador afectado o son más las ganas de éste de caer las que provocan la resolución. Como quiera que Alberola Rojas pudo presenciar perfectamente los acontecimientos y no consideró que fuese pena máxima, imperó el criterio del juez principal, a quien solamente deben llamar desde la sala VOR si se aprecia en alguna repetición algún contacto que aquél no haya podido ver y sea constitutivo de penalti por un error u omisión en la apreciación inicial.