La final del Open de Australia no defraudó a nadie. O quizás sí, a los que esperaban que durase más y así poder amortizar aún más su entrada. Y es que la batalla entre el número uno del mundo y el dos del ránking ATP se hizo corta. Todos esperaban que Zverev ganase, al menos, un set, y el alemán puso al italiano contra las cuerdas en la segunda manga, pero su ilusión se deshizo por culpa de una red milagrosa con la que se encontró el transalpino.
Tan sólo hubo dos 'break' en el partido y los dos fueron para quien defendía su corona. Con nervios de acero y con la finura que le caracteriza, supo esperar su momento en el primer set, donde se impuso 6-3.
Ya en el segundo, comenzó sacando Zverev y verse por delante en el marcador por primera vez le hizo creer en el milagro. Tuvo un 0-30 con 5-4 a favor, pero Sinner demostró la clase que le caracteriza y remontó para acabar llevando el set al 'tie break'. En esta muerte súbita, el italiano se encontró con la suerte del campeón en una bola que golpeó en la red y se metió dentro para la desesperación de Zverev.
Con dos sets de ventaja, la tercera manga se resolvería pronto. La raqueta comenzó a pesarle demasiado a Zverev y se topó una y otra vez con la red. Pese a ello, sólo cedió un servicio. Sinner no erró y ganó también la tercera por 6-3 y se llevó la final en menos de tres horas (dos horas y 42 minutos), algo que nadie se esperaba. En su primer punto de partido se atrevió con una bandeja a la que Zverev llegó forzado y le sirvió al campeón para colocarla justo en el lado opuesto y volver a levantar los brazos en Australia.
Con este triunfo, el 21º consecutivo entre la pasada temporada y esta recientemente inaugurada, Sinner mantiene su corona y su primera plaza en el ranking, Zverev pierde su tercera final de un Grand Slam que sigue resistiéndosele, pero también conserva la segunda posición en dicha clasificación. Se le vio concentrado pero falto de fe y de agresividad en ciertos momentos del partido. Eso sí, cada vez que tuvo algo de esperanzas, Sinner sacó su mejor versión y se las quitó con raquetazos ganadores o primeros servicios imposibles de contestar para el germano.
El primer Grand Slam dejó una gran sorpresa en la final femenina con la victoria de Madison Keys ante Aryna Sabalenka y otra de menor calibre en la masculina, porque nadie pensó que Sinner ganase con tanta superioridad al número dos del mundo. El italiano consigue su segundo Open de Australia, cediendo solo dos sets en el torneo, y el tercer Grand Slam de su carrera.