A Sergio Pellicer le van los retos. Ya lo demostró a su llegada al Málaga CF en la primera etapa cuando Víctor Sánchez del Amo dejó al equipo a un solo punto del descenso en enero de 2020 y terminó en la 14ª posición de la tabla en la Liga Smartbank. Tras esa campaña, le sucedió la de los ERE, cuando el técnico de Nules se vio abocado a hacer malabarismos con una plantilla limitadísima de 18 jugadores. A final de enero, tras un breve paso por el Fuenlabrada, el míster volvió al Málaga con el desafío de mantener en Segunda División, tomando el equipo a cuatro puntos de distancia.
Han pasado dos jornadas desde su llegada y la vida sigue igual para e Málaga. Desde que Sergio Pellicer tomase las riendas de este caballo desbocado, el conjunto malagueño empató a cero en El Molinón ante el Real Sporting y cayó derrotado este fin de semana ante el Real Oviedo por 0-1 en su campo, ante su gente. En este sentido, la imagen del equipo volvió a ser paupérrima y esto ha llevado a su afición a unos extremos de desesperación que apuntan a terminar estallando por los aires.
Si bien, no todo fue negro durante el pasado fin de semana. Dos rivales directos por salir de los puestos de descenso como lo son la Ponferradina y el Racing de Santander se vieron las caras en El Toralín en un encuentro que acabó con empate a uno. El equilibrio de la balanza permitió que la hemorragia no hundiese más a un equipo que sueña con la permanencia. Para ello, necesita un vuelco total en todos y cada uno de los ámbitos ante la crisis tan grande por la que atraviesa. No obstante, hoy por hoy, es una revolución en lo deportivo lo único que puede hacer evitar la caída a los infiernos de la Primera RFEF. Y Pellicer es el hombre adecuado para lograrlo, puesto que la historia lo avala.
El próximo domingo 12 de febrero, el Málaga de Pellicer visitará al Albacete en el Carlos Belmonte. Son dos equipos establecidos en dinámicas totalmente opuestas. Uno lucha por ascender, instalado en la 6ª plaza que otorga acceso a los Playoff de ascenso a Primera División, mientras que el otro bracea para no hundirse desde la 20ª posición del tablero. En común tienen que ambos equipos cuentan por derrota su último duelo y que sendas entidades buscan con ansia una victoria para seguir dándole vida a sus aspiraciones.