Ya son muchas las señales que está emitiendo Pep Guardiola sobre su futuro cuando todavía le queda un año más de contrato con el Manchester City (hasta junio de 2025). Y cuando el río suena, agua lleva. Y es que al técnico catalán todo lo que no sea ganar, no le vale. Y este curso el Liverpool parece dispuesto a quitarle su corona en la Premier League.
Así y una vez apagados los rumores sobre un posible regreso al Barcelona para tomar el relevo de Xavi en el banquillo azulgrana, ahora el de Sampedor ha dejado claro en una entrevista con ESPN Brasil que ya tiene en mente sus próximos objetivos como entrenador.
"Me gustaría tener la experiencia de vivir un Mundial, una Eurocopa, una Copa América, lo que sea. Me gustaría vivir eso. No sé cuándo, dentro de cinco, diez, quince años, pero me gustaría jugar un Mundial como entrenador", ha señalado el técnico de los 'citizens'.
Y para ello, ya le ha hecho un guiño a las selecciones: "No sé qué selección me quiere. Para trabajar en una selección, como en los clubes, es necesario que alguien te quiera". Pero aunque intente disimular, el propio Pep sabe que tanto Brasil como Inglaterra llevan tiempo suspirando por él.
Cabe recordar que, hace menos de un mes y casi al unísono con el momento en el que Xavi anunciaba su final en el Barça, Guardiola se pronunció también sobre una posible renovación con el Manchester City: "Creo que tenemos tiempo. Ahora me siento muy bien, como siempre, pero el futbol cambia mucho. Tengo mi opinión de que cuando te queda un año y medio de contrato es mucho, mucho tiempo en futbol mundial. Tenemos tiempo".
Fue entonces cuando dejó claro que todo dependerá de los títulos que levante esta temporada con el conjunto británico: "Ganar te ayuda a tener más energía, cuando pierdes partidos estás más cansado", explicó Pep, en una declaración que deja en evidencia que su futuro más próximo en el club de Mánchester podría depender directamente de los resultados que logre el equipo en estas dos temporadas.
Pese a que el barcelonismo sigue soñando con verle regresar al Camp Nou, las opciones de que Pep pueda vivir su segunda etapa como entrenador culé son prácticamente nulas. Ni el club azulgrana podría permitirse pagar su salario debido a su precaria situación financiera, ni tampoco la entidad barcelonista le puede prometer un proyecto ganador como a él le gustaría.
Sólo sus declaraciones realizadas hace un año en las que afirmaba que si el Barcelona le llamaba tendría que irse alimentan la fe de los más creyentes en el técnico catalán.