Suiza también tiene problemas con su equivalente a Jorge Vilda

Las helvéticas sólo han ganado un partido de doce con Inka Grings en el banquillo y podrían descender a la Liga B; excluir de las convocatorias a su mejor jugadora, Crnogorcevic, puede haber sido ser el detonante

Suiza también tiene problemas con su equivalente a Jorge Vilda
Una pausa técnica del combinado helvético durante su duelo de la Nations League ante España. - CORDON PRESS
Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura

Si la selección española femenina ha pasado lo suyo antes y después del Mundial que conquistó brillantemente el pasado mes de agosto, con Jorge Vilda pagando los platos rotos de su propia 'vajilla' y de las de otros, especialmente Luis Rubiales, en Suiza no bajan las aguas precisamente tranquilas. De hecho, el combinado helvético está en plena crisis desde que Inka Grings accediese el pasado mes de marzo al banquillo. Estrictamente hablando, sería el equivalente helvético a Montse Tomé, aunque, viendo cómo se han tomado su nombramiento las jugadoras centroeuropeas, es más apropiado asociarla con el actual responsable de Marruecos. El caso es que, en los doce partidos con nuevo jefe, sólo ha habido un triunfo (ante Filipinas, durante la magna cita celebrada en Oceanía), siendo colistas del Grupo A4 de la Nations League, que lidera la 'Roja', con 0 puntos y un solo gol a favor, por 14 en contra, con serio riesgo de descenso a la Liga B.

Cuenta la especialista en esta modalidad Cristina Medina que el bajón puede tener su origen en la exclusión en la anterior convocatoria de su mejor jugadora, Ana-Maria Crnogorcevic. Al revés que Ivan Rakitic, la delantera (y ocasional lateral derecha) nació en Croacia, pero es internacional con Suiza. Grings se justificó entonces aludiendo a la desconcentración de la futbolista, que negociaba su fichaje por el Atlético de Madrid, aunque ella dejó claro que estaba preparada para jugar. Relata la periodista que la capitana, Lia Wälti, se posicionó con la colchonera, como otro 'peso pesado' del vestuario como Ramona Bachmann, por lo que se estaría gestando una rebelión en toda regla dentro del vestuario. Como en su día pasó con España, las quejas de su rival versan sobre la escasa preparación de los partidos, el desconocimiento de los oponentes, el estilo de juego o la falta de comunicación interna.

Desde luego, la Federación Suiza de Fútbol deberá tomar cartas en el asunto, como ha terminado haciendo una RFEF que ha quedado bastante disminuida en su organigrama, en gran parte atendiendo las peticiones de las campeonas del Mundo, mientras que parece que se atisba otro problema que está perjudicando también al rendimiento colectivo: el relevo generacional. La seleccionadora no parece estar por la labor de capitanear este necesario paso en todos los vestuarios, por lo que los resultados no son sino la muestra de que hay un mal de fondo que hay que atajar. Como suele ocurrir en estos casos, la cuerda se acabará rompiendo por su lado más débil, a no ser que los directivos de turno se encabezonen.