Óscar Murillo5 min lecturaSeguido por la rueda de prensa (extrañamente posterior y por separado) del central Gianluca Mancini y el mediocentro Lorenzo Pellegrini, el entrenador de la AS Roma, José Mourinho, comparecía con cierto retraso sobre la hora prevista (17:30) en la sala de prensa del Puskás Aréna de Budapest para analizar la gran final de la Europa League, que le enfrentará este miércoles a partir de las 21:00 horas al Sevilla FC. Será la quinta lucha de los 'giallorossi' por un título europeo, considerando la Copa de Ferias de la 60/61, con dos triunfos (ese mismo torneo y la Conference League de la 21/22) y dos derrotas (perdió una Champions League y una Copa de la UEFA). Ahora, ante el séxtuple campeón de la segunda competición continental, pretende estrenar su casillero en la UEL. Quizás por eso, el ex preparador madridista jugó a ser víctima y vender las bondades del cuadro de José Luis Mendilibar, deshaciéndose en elogios hacia el vasco y sus hombres, fingiéndose sorprendido por tener mayor presupuesto y bromeando que "si Bove y Tahirovic ganan más que Lamela, Montiel y En-Nesyri es porque ellos cobran muy poco".
"Fue un camino largo hasta aquí, la verdad. Es diferente al de nuestro oponente, porque jugamos 14 partidos para llegar. Sin duda, nos merecemos esta final; ya dijimos la semana pasada que queríamos jugar este partido. Ahora, hemos trabajado para estar en condiciones de luchar por este título. ¿Cómo se controla la presión? Trabajando, que es lo que hicimos en poco tiempo. Hemos tenido muchos partidos en los últimos meses, hemos intentado recuperar jugadores y trabajar. Yo digo que la historia no juega, pero mi colega Mendilibar pensará otra cosa. Le tengo mucho respeto, y él cree que el Sevilla es favorito por la historia. Ésa es su opinión y la respeto. Ellos tienen una historia y una experiencia que nosotros no tenemos; para ellos, jugar la final de la Europa League es casi normal. Para nosotros es extraordinario. Para sus aficionados, viajar a una final europea es como un viaje por España; para los nuestros, será algo inolvidable. Pero mañana queremos estar ahí y jugar", recreaba el portugués.
Sobre su futuro, Mourinho desvió de nuevo la atención: "Esa pregunta hay que hacérsela a Mendilibar, que no tiene contrato y su situación es más complicada que la mía. Hablé con mis dos capitanes y me hicieron una pregunta muy similar. Con ellos respondí de una manera más objetiva. No quiero que respondan, pero saben lo que quiero. Es diferente a lo que pasó con el Inter, porque yo no había fichado por el Real Madrid, pero ya estaba todo hecho. Ahora, no tengo nada. Pienso en mañana y en lo que queremos hacer, porque queremos jugar”. Además, restó importancia a su participación en el resultado ante el Sevilla, pese a su bagaje en finales europeas: "El entrenador no juega; el entrenador trabaja mucho antes del partido, pero poco durante el partido. Le dije a mi 'staff' que hoy nuestro trabajo ha terminado. Ahora, la historia la hacen los chicos. Bien dicen los compañeros de Madrid que el Sevilla tiene un gran equipo, pero yo digo que tiene dos grandes equipos, porque tiene 26 jugadores de primer nivel. Todos son profesionales de primer nivel, por lo que tienen muchas opciones. Pero no conocen a mis muchachos y no conocen a mi equipo como equipo; estaremos allí mañana".
Finalmente, aunque eludió durante varias semanas hablar sobre la participación de su estrella, Paulo Dybala, incluso 'vendiendo' cierto pesimismo sobre su presencia este miércoles, el míster romanista reconoció que, si se ha montado en el avión a Budapest, el argentino tiene posibilidades de jugar. Muchos especulan con que, incluso, será titular, después de que apenas haya jugado 19 minutos en estas últimas cinco semanas. Además, se resintió ante el Inter de las molestias musculares derivadas de su fuerte esguince de tobillo ante el Atalanta, aunque los fisioterapeutas han trabajado a destajo para que, siempre según la versión oficial, el ex de la Juventus pueda participar un rato ante el Sevilla si las cosas se tuercen o si hay que decantar la balanza del lado 'giallorosso'. "Está para veinte o treinta minutos", zanjó Mourinho, al que no se cree casi nadie.