Alberto Gálvez3 min lecturaDominik Greif es el portero de moda en la Copa del Rey. Lo sabe y está dispuesto a levantarla el próximo sábado en Sevilla. Y para ello ya ha comenzado a jugar con la psicología, por si llegasen a los penaltis, como ocurriera en semifinales contra la Real Sociedad.
El portero del Mallorca, que jugó en Mestalla su primer partido de liga y que demostró estar totalmente engrasado para la cita en el Estadio Olímpico de La Cartuja, ha concedido una entrevista a la agencia EFE y en la misma ha analizado cómo ve la final: "Será muy complicada. Ellos corren como cabrones, nos van a exigir mucho".
Sobre su faceta de 'parapenaltis', como demostró ante los de Imanol Alguacil, se muestra sincero: "Yo confía mucho en mi intuición y también en los vídeos que veo antes de los partidos. Es importante estudiar los movimientos del jugador que tienes delante. Ahí, me fío de la intuición. Además, siempre vemos vídeos de los equipos rivales cuando lanzan penaltis". Una afirmación que ahora podría hacer dudar a los futuros lanzadores sobre si lanzarlos al lugar habitual o tener que cambiar para sorprenderle.
Pese a detenerle en el estadio Reale Arena una pena máxima durante el tiempo reglamentario a Brais Méndez y otro a Mikel Oyarzábal en la tanda de penaltis, el cancerbero eslovaco tira de humildad máxima: "En ningún momento me he sentido un héroe. El fútbol es un juego colectivo, todos participamos en las victorias y en las derrotas".
Pese a ser suplente del serbio Predrag Rajkovic en LaLiga, Javier Aguirre le ha recuperado física y mentalmente para que se sienta como importante dándole todos los minutos en la Copa del Rey y anunciado, por méritos propios, que será el portero de la final. De hecho, son muchos los seguidores mallorquinistas que ven su presencia como el factor clave para levantar la segunda Copa del Rey en la historia del club balear, tras la conquistada ante el Recreativo de Huelva en 2003.
La final de la Copa del Rey se disputa este próximo sábado 6 de octubre, en el Estadio Olímpico de La Cartuja (Sevilla), y para Dominik Greif, pase lo que pase, tendrá un motivo de celebración porque cumplirá 27 años. No obstante, el meta del Mallorca quiere tener dos buenas razones para festejarlo: "Ojalá pueda celebrarlo por partida doble: la Copa y mi cumpleaños".