Las horas previas al partido que esta noche disputan Barcelona y París Saint-Germain en el Estadio de Montjuic han estado marcadas por la tensión y entre las aficiones, sobre todo con esos 400 aficionados radicales del conjunto francés que se han desplazado hasta la Ciudad Condal.
Los Mossos d'Esquadra han tenido que intervenir para separar a los aficionados de ambos equipos, que no han dudado en enfrentarse con insultos y varios lanzamientos de bengalas y petardos en los aledaños del Estadio Olímpico de Montjuic en Barcelona.
Como decimos, se han producido momentos de tensión, pero afortunadamente no se han producido incidentes graves y las dos aficiones se han dirigido al estadio donde tendrá lugar el encuentro. Previamente, hacia las 17:00 horas, la policía catalana había detenido a un aficionado en la plaza de España del PSG por pelearse con un hincha del Barça.
Los Mossos d'Esquadra han organizado un despliegue especial con 350 efectivos policiales entre agentes de orden público; la unidad canina y subsuelo; agentes de seguridad ciudadana, y del Grupo Especial de Intervención (GEI), entre otros.
En la previa también se han vivido de mucha emoción, como el bengaleo al paso del autobús del Barcelona, con bufandas y banderas al aire pero también otro repudiables como los cánticos deseando la muerte a Vinicius, delantero del Real Madrid.
La afición azulgrana también ha enfocado sus iras en el exfutbolsita del Barcelona Ousmane Dembélé, que marcó en el partido de ida y no dudó en celebrar por todo lo alto su gol. La afición blaugrana no olvida esa celebración ni su marcha y se han visto en los aledaños del estadio de Montjuic billetes de dólares falsos con la cara de Dembéle, así como caretas de cerdo con el ahora delantero del PSG, peluches con su cara y carteles donde se podía leer 'Ni olvido ni perdón', con una imagen de Cubarsí sosteniendo la cabeza de Dembélé en una bandeja.
Para más inri, parte de la afición azulgrana más radical confundió el autobús del Barcelona con el del PSG y no dudó en lanzar bengalas y objetos a su paso sin darse cuenta de que el autocar era en realidad el de sus propios jugadores, posiblemente debido a la gran cantidad de humo que había en el aire por las numerosas bengalas encendidas.