Gracia Ávila3 min lecturaOtro de los culebrones de los últimos mercados de fichajes ha sido, sin duda, el caso de Lucas Pérez. El delantero coruñés dejará el Cádiz CF y el presidente del club amarillo, Manuel Vizcaíno, se puso como límite el 31 de diciembre, para que la negociación fuese lo más positiva posible para las arcas gaditanas. Y así será.
Según apunta Marca, la decisión del atacante es por puro romanticismo futbolístico, ya que no solo reniega a una gran cantidad de dinero para poner rumbo al Deportivo de la Coruña, sino que además, buena parte de él saldrá de su propio bolsillo. La rescisión de su contrato costará un millón de euros, de los cuales 493.000 euros los pagará el propio futbolista, y 507.000 euros los abonará el club que preside Antonio Couceiro.
Pero sin duda, el gran beneficiado de esta operación es el Cádiz, aunque pierda a su máximo realizador, que esta temporada lleva 3 goles. Pérez, como apunta el citado medio, dejará de cobrar aproximadamente unos 900.000 euros que le quedaban de aquí a verano, por lo que la negociación puede calificarse de éxito por parte del club andaluz, que si no hubiera adelantado los acontecimientos lo hubiese visto irse gratis.
A Pérez los cadistas no podrán reprocharle nada, ni dudar de su profesionalidad, la misma que ha demostrado en numerosas ocasiones dentro y fuera del campo. El problema ahora es para Sergio González para encontrarle un recambio de garantías que les ayude en el camino hacia la salvación.
El delantero ha sido los últimos meses la apuesta del Deportivo, en una decisión donde asumen riesgos ambas partes. Su marcha se hará oficial en las próximas horas.
A mediados de diciembre, el propio Couceiro afirmó que la voluntad del jugador era “clara”, jugar en el Dépor, y que en este caso estaba convencido de que no se le escaparía como le ocurrió en el mercado estival.
El mandatario blanquiazul insistió en que Pérez quería “volver a sus raíces”, y esta vez no se equivocó con el veterano de 34 años, que regresará a la que fue su casa durante tres temporadas diferentes. “Haremos el esfuerzo que podamos, dentro de nuestro límite", auguró Couceiro, que esta vez se ha llevado al gato al agua, después de varias intentonas fallidas.