"El Betis ya sabe mi intención; lo que quiero es renovar, y hay buena sintonía. Ojalá que todo pueda encauzarse hacia un buen camino. Aquí estoy muy a gusto con todos los compañeros. Me siento parte de este proyecto, una parte importante. Deseo terminar de ponerme bien físicamente para hacer un buen inicio de campeonato". Así se expresaba Marc Bartra a la finalización del amistoso ante el Zaragoza, su estreno en la pretemporada, por culpa de un golpe que se complicó hasta convertirse en lesión. Felizmente recuperado, a tiempo de ser uno más para Pellegrini en el arranque ante el Elche (15-A), el catalán es una encomienda más de las que maneja con cierta premura Antonio Cordón, ya que, como William Carvalho, finaliza en 2023 (también Víctor Ruiz, al que no se ofrecerá seguir, y Joaquín, Bravo y Guardado, con los que se hablaría, llegado el caso, a finales de la campaña que ahora arranca), por lo que, de no continuar, se marcharía gratis.
Las distancias entre ambos y la propuesta presentada desde la planta noble del Benito Villamarín son grandes. Mayores en el caso del luso, cierto, pero, de momento, ninguno de los dos acepta renegociar a la baja sus contratos, como ya hicieron Canales, Fekir o Borja Iglesias. Su edad y su momento son distintos, también es verdad. Sí queda clara la intención del central, manifestada públicamente, aunque tal vez en los despachos de La Palmera no lo tienen tan claro. Deportivamente hablando, con Manuel Pellegrini ejerciendo de gran valedor y su ejercicio anterior como incuestionable aval, el ex de Barça y Dortmund no sería el que sobra de los cinco centrales en nómina. Antes al contrario, sería de los primeros en la rotación, pero los números hablan.
Si en las próximas semanas no hay un acercamiento tangible con sus agentes para prolongar la vinculación, al menos, hasta 2024, la dinámica actual de escuchar ofertas y moverlo por otras Ligas con intermediarios de confianza se mantendrá. En esta tesitura, 'Il Tempo' desvelaba que Bartra había sido ofrecido a la Roma, que busca un central experimentado y de ciertas garantías, aunque priorizan un zurdo. Las condiciones financieras para la operación son mejores que las de otros candidatos, ya que el Betis, que pagó en su día alrededor de 11,5 millones de euros por el zaguero, pediría entre cuatro y seis ahora. Ahorrarse su ficha, superior a los dos kilos netos, y esa inyección aliviaría las arcas verdiblancas, necesitadas no sólo de la 'palanca' de los abonos y el ticketing, sino también de ingresos extraordinarios en forma de traspasos. Uno grande o varios más pequeños.