Con las salidas de Assane Diao y Rui Silva, unidas a la de Rodri con la temporada ya comenzada, el Real Betis ha logrado su objetivo de generar plusvalías por valor de 20 millones de euros para cuadrar el presupuesto de la presente temporada, necesidad expresada por su presidente, Ángel Haro, en la última junta de accionistas. Pero además de buscar ingresos mediante la fórmula habitual de los traspasos, en Heliópolis están muy pendientes de todos aquellos jugadores que ya no visten su camiseta pero puede generar una ganancia extra. Y es que, cada vez es más habitual incluir en las operaciones cantidades variables (Luiz Henrique ha dejado 2 millones más al firmar por el Zenit) o guardarse porcentajes sobre el pase de un jugador (Juan Cruz, Rober González o Ismael Sierra), e incluso sobre la plusvalía de una futura venta (Abner Vinícius).
Así, otro de esos futbolistas sobre los que el club verdiblanco mantuvo cierto control tras dejar sus filas es Tony Sanabria, que en el año 2016 se convirtió en el primer gran fichaje del propio Ángel Haro y José Miguel López Catalán, abonando a la Roma 7,5 millones de euros por el 50% de su pasee. Luego, en el traspaso de Pau López al conjunto italiano, se pactó se adquirió el 50% restante, valorado contablemente en 6,5 millones. Pero después de tres campañas y media en las que no llegó a ofrecer el rendimiento esperado (22 goles en 84 partidos), en enero de 2019 se pactó su cesión al Genoa por una una temporada y media, aunque tampoco convenció y regresó para iniciar la 20/21.
Pese a ello, en el mercado invernal de aquella temporada, hace ahora cuatro años, se encontró una solución gracias al interés del Torino, llegándose a un acuerdo que dejó en las arcas del Benito Villamarín 7 millones más tres en bonus por rendimiento, algunos de ellos de fácil cumplimiento. Pero, además, el Real Betis se guardó el 10% de sus derechos económicos, de ahí que las noticias procedentes del país transalpino sobre un posible cambio del aires del paraguayo interesen también en el seno del club verdiblanco.
Días atrás se daba por hecho que su actual equipo había llegado a un acuerdo con la Fiorentina para intercambiar delanteros y hacerse con los servicios del marfileño Kouamé. Pero las diferencias han surgido al tasar cada entidad a su jugador, según informa Tuttosport. Así, el conjunto de Turín pretende la llegada del atacante africano, al que valora en 6 millones de euros, y al mismo tiempo recibir una contrapartida económica, pues considera que el precio de Sanabria es de 11 millones. Una diferencia que sí dejaría un pellizco en el Villamarín (en torno a medio millón).
Pero en Florencia, donde tienen reservado para el ex bético el rol de suplente de Moise Kean, no están de acuerdo con esta valoración y piensan que ambos jugadores tienen un precio de mercado similar. Por ello, se apunta que una posible solución puede ser el intercambio de prestamos, que no dejaría ninguna ganancia para la entidad de La Palmera. De formas paralela, además, ya hay clubes como el Empoli interesados en Kouamé, por lo que podría caerse esta opción de negocio con el guararní, que suma dos goles en 17 partidos en la Serie A esta temporada y tiene contrato hasta 2026. Se van agotando, por tanto, las ventanas para poder seguir haciendo caja con su venta.