Romain Perraud fue el primer fichaje del Real Betis para la temporada 24/25. Los verdiblancos abonaron unos 3,5 millones de euros al Southampton por el pase del lateral zurdo que comenzaba a cubrir el vacío que dejaron en esa demarcación Juan Miranda y Abner Vinícius. El olivarense, con el que no se llegó a una entente para su renovación, se marchó gratis al Bolonia, con el que está jugando la Champions League y empieza a ser decisivo en la Serie A. El brasileño, por su parte, fue traspasado al Olympique Lyonnais por unos ocho millones de euros, soltando los de La Palmera el 50% de los derechos que poseía del ex del Athletico Paranaense, que ha alcanzado inesperadamente la internacionalidad absoluta con la 'verde-amarelha'. Pero, lógicamente, faltaba un complemento para un carril que supuso un claro déficit la campaña anterior para los de Manuel Pellegrini.
El elegido, por experiencia, polivalencia (puede actuar de central, como lleva haciendo años con la selección suiza en una línea de tres) y condiciones (libre, tras terminar contrato con el Torino), terminó siendo Ricardo Rodríguez, que firmó a sus 32 años hasta 2026, además con un sueldo bastante asequible. No obstante, los técnicos heliopolitanos trataron de incorporar antes a un 'plan A' que cuadraba más por edad (24), proyección (tiene un valor de mercado aproximado de 15 millones de euros) y capacidad de revalorización, aunque llegaron tarde. Y es que la Lazio apostó fuerte por Nuno Tavares, aceptando una cesión con opción de compra que se convertirá en obligación de forma muy sencilla (un traspaso encubierto para esquivar el 'Fair Play Financiero', vamos) por valor de nueve millones, bonus incluidos, con los que el Arsenal obtenía, incluso, plusvalía, tras pagar ocho al Benfica en 2021 y prestarle antes a Marsella y Nottingham Forest (a cambio de 1,15 millones).
Baja este fin de semana ante el Cagliari por su expulsión el pasado contra el Como, tardó en carburar Tavares, que se quedó con minutos en las dos primeras entregas ligueras frente a Venezia y Udinese, pero que fue fijo desde entonces, con ocho titularidades consecutivas y otras tantas asistencias (dos frente al Milan y el Génova, más otra ante Fiorentina, Torino, Empoli y el propio conjunto de Cesc Fàbregas), con lo que demuestra con creces por qué era el elegido. De hecho, solamente no sirvió uno de sus pases de gol en el duelo contra los toscanos, reuniendo un empate y cuatro victorias en los otros duelos con su participación decisiva. En este periodo, sin sus servicios determinantes, la Lazio ganó al Hellas Verona, pero cayó ante la Juventus.