A lo largo de las últimas jornadas se han ido conociendo algunos de los presuntos informes con los que el exárbitro Enríquez Negreira y su hijo, Javier Enríquez, justificaban los pagos que el Barça realizó a su empresa durante dos décadas.
Polémicas han sido algunas de informaciones filtradas sobre un Clásico contra el Real Madrid, en el que el equipo blanco fue claramente perjudicado; o el whatsapp de Javier Enríquez al directivo blaugrana Albert Soler, en el que, según OKDiaro, presumía de los errores de Gil Manzano durante el partido de vuelta de las semifinales de Copa del Rey que Barcelona y Atlético de Madrid jugaron en la temporada 16-17 y que, al final, acabaron diendo el pase al Barça para esa final.
El informe desvelado ayer por el diario Marca habla concretamente de un árbitro y de un partido que tuvo al Real Betis como protagonista. El colegiado no era otro que Mateu Lahoz, un árbitro que ha tenido recientes polémicas con el equipo verdiblanco, como la que provocó la expulsión de Canales en Cádiz o, más recientemente, la del partido ante el Valladolid, en el que el capitán bético reconoció que no había querido acercarse a él para evitar una posible sanción, dado que su expulsión en el Nuevo Mirandilla la consideró "premeditada".
"Bien físicamente. Cuando pita al FC Barcelona evita molestar en líneas de pase quedándose quieto en las triangulaciones. La presión del ambiente le motiva. Arbitra muy cerca del balón". Así comienza este informe sobre el colegiado valenciano Javier Enríquez. "Busca continuamente el trato personal con los jugadores. Necesita que le crean, lo que le lleva a veces a dar demasiadas explicaciones. (...) No permitirá la más mínima protesta del banquillo durante el partido, se recomienda que el delegado del equipo cuide su relación con Toño Mateu Lahoz", señala el hijo del ya afamado exárbitro.
Mateu Lahoz, protagonista de ese Betis-Barça
El partido para el que hizo ese informe fue un Betis-Barça, un encuentro jugado en mayo de 2016 y que finalizó con victoria para el Barça por 0-2 gracias a los goles de Rakitic y Luis Suárez en la segunda mitad.
El árbitro designado para aquel encuentro fue Mateu Lahoz, uno de los más reconocidos y también polémicos por su particular manera de arbitrar, así que cualquier información extra era bien recibida en el conjunto catalán. Aquel partido fue recordado por un error de Adán en el gol de Rakitic, pero también porque el central alemán Westermann fue expulsado en el minuto 35 tras ver dos amarillas en siete minutos y el Betis jugo 55 minutos con uno menos. Mateu Lahoz daría que hablar por más cosas, entre ellas, las advertencias al banquillo bético o el hecho de correr hasta la banda para recoger una botella caída desde la grada. Curiosamente, en aquel partido se lesionó el hoy bético Claudio Bravo y tuvo que dejar su puesto a Ter Stegen.