"He llorado muchas veces y le he pegado golpes al asiento": el resurgir mental de Camarasa

El centrocampista, renovado contra todo pronóstico por el Betis, recuerda cómo se sintió en estos dos años casi en blanco, pero lanza un mensaje de optimismo

"He llorado muchas veces y le he pegado golpes al asiento": el resurgir mental de Camarasa
El bético Víctor Camarasa. - Relevo
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura

"Al principio de la lesión, no hablaba con nadie. Me llamaban mis amigos y no les decía nada. Simplemente, me encerraba en la habitación, me desahogaba e intentaba no pensar". Así de crudo, de duro, de áspero. Víctor Camarasa (28) no puede decir que haya vivido con una sonrisa su etapa en el Real Betis, que pagó 7 millones de euros por él al Levante en el verano de 2017, aunque apenas ha podido amortizarlos, hablando fríamente. Tres cesiones (una de ellas, provechosísima para el valenciano al Cardiff City, más otras menos relevantes a Crystal Palace y Alavés) y sendas lesiones de consideración han lastrado una aventura que pareció más una pesadilla que otra cosa.

Se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha durante la pretemporada de la 20/21, en concreto en el 'stage' de Marbella, pasando un blanco el curso. En la 21/22, recién terminada y última de su vinculación con los verdiblancos, apenas jugó 100 minutos, acabando con otra intervención para subsanar unas molestias en el tendón rotuliano de la misma pierna que nunca le dejaron en paz. Hace dos meses ya de este último paso por el quirófano, si bien la recomendación de Manuel Pellegrini, prendado del mediocentro tras una exhibición ante su Manchester City con los galeses, ha surtido efecto: renovó hasta el 30 de junio de 2023.

Ahora, Camarasa ha concedido una entrevista a @Relevo, que estrena un formato más dinámico en las redes sociales, #RelevoTalks, en la que se sincera sobre lo mal que lo ha pasado en estos últimos meses, años en realidad: "Sigo siendo el mismo, pero es verdad que he madurado en muchas cosas. Sobre todo, lo que más, en expresar lo que siento. Eso era una cosa que antes me daba vergüenza; me gustaba superar las cosas yo solo: llegar a casa, entrar en el garaje y quedarme en el coche media hora y ponerme a llorar. No soy una persona que llore fácilmente, pero he llorado muchas veces. Y pegarle golpes al asiento y sentir una impotencia muy, muy grande".

Como en otros aspectos, el fútbol evoluciona; también los futbolistas. "Siempre he pensado que ir al psicólogo era algo malo, pero me ha dado cuenta de que no (se ríe). No lo he hecho mucho, porque he trabajado más con un ‘coach’, y me ha ayudado. La verdad es que me ha ayudado, porque hablar las cosas te hace estar mejor, más tranquilo", confiesa el valenciano, que lanza un mensaje de optimismo: "He crecido como persona y seguro que he crecido como jugador. Alguien que se sienta como yo, que no ha expresado todos los problemas y tampoco las cosas buenas que le pueden pasar, le invito a que lo haga, porque vale la pena".