El golpe en la mesa de Sabaly contra su 'leyenda' y el mejor fin de año posible

Youssouf Sabaly lleva cinco años nefastos con las lesiones. Desde 2017, solamente pudo disfrutar íntegro, sano y salvo de 2020, porque el resto está manchado de convalecencias. Cualquier jugador se lesiona de vez en cuando, claro, pero las dolencias del ex del Girondins en este lustro fueron importantes. Que no están incluidas ahí las sobrecargas, microrroturas fibrilares y torceduras de tobillo, vamos, sino únicamente las gordas. Veinticuatro días de baja por una dolencia en el aductor, 62 por otra aún peor de rodilla (que le hizo perderse menos partidos al ser en verano, aunque le fastidió, claro está, esa pretemporada), amén de tres meses y medio K.O. al tener que pasar por quirófano para solventar lo que arrastraba en esa circulación.

Su desembarco en el Real Betis, por el que firmó el verano pasado hasta 2026, no pudo ser más desgraciado: el senegalés se rompió en el partido de presentación contra la Roma, el último de los 'bolos' estivales, y fue intervenido doce días más tarde de una lesión tendinosa proximal del músculo recto anterior del muslo izquierdo. La cosa se complicó durante la recuperación, de tal manera que la rehabilitación se prolongó casi hasta los cinco meses. Su estreno oficial no llegó hasta el 16 de enero de 2022, ni más ni menos que en la reanudación sin público de los 50 minutos pendientes del derbi copero de octavos de final. En ese torneo llegó su única alegría, que vivió desde el banquillo, porque sólo ostenta otro título más en su carrera: el Mundial sub 20 que ganó en 2013 con Francia.

Sabaly contabiliza 1.690 minutos como verdiblanco, repartidos en 21 encuentros, casi nunca consecutivos (exceptuando los cinco que acumuló en marzo pasado por la baja de larga duración de Montoya, operado del tendón rotuliano, y la puntual de Bellerín, con afectación en el tendón de la corva, ya que Ruibal cubría junto a Miranda las necesidades en la izquierda por los problemas de Álex Moreno). Una realidad que quería cambiar el polivalente zaguero de Chesnay en la 22/23, aunque tuvo que parar en septiembre por otro problema muscular. De momento, por las rotaciones de Pellegrini, encadena 120 minutos en LaLiga entre la recta final en Valladolid y el duelo completo (casi un mes después) frente al Almería, cuando firmó la actuación más completa que se le recuerda aquí.

Y no sólo en defensa

Los números lo avalan: dos intercepciones, dos entradas exitosas (tackles), 5/6 duelos ganados por abajo, ocho recuperaciones de balón y una ocasión creada. Pero no queda ahí la cosa: la web especializada 'WhoScored.com' desvela que únicamente los tres goleadores (William Carvalho, autor de un doblete; Borja Iglesias, con tanto y asistencia; y el indálico El Bilal Touré), Álex Moreno y Guido Rodríguez recibieron mejor puntuación en el cómputo global de todos los parámetros estadísticos que el lateral diestro franco-senegalés, que sobresalió en aspectos no sólo defensivos (su único error reseñable fue cuando Ramazani le ganó la espalda con 0-0, arreglándolo Rui Silva, porque ganó todas las demás al belga), sino ofensivos. No en vano, recupera el balón que Joaquín convertiría en un pase de lujo al 'Panda' para que éste hiciera el 2-1 este domingo.

En cuanto a precisión en el pase, que a priori no es su fuerte, únicamente le mejoraron Aitor Ruibal y Juan Cruz, que no erraron en ninguno de sus cinco y ocho contactos con la pelota, respectivamente. Sabaly la tocó 75 veces (más que todos sus compañeros) y la pasó 54, con un índice de acierto espectacular: 96,3%. Realizó con tino dos regates, igual que Álex Moreno y el hispano-argentino, superando al resto de compañeros, provocando una falta y no cometiendo ninguna. Una muestra de que ha vuelto para quedarse y de que puede aportar en todas las facetas del juego. Una gran noticia para Pellegrini, que espera no verle ni en pintura durante el 'impasse' de noviembre y diciembre. Indiscutible con Senegal (sólo se perdió los amistosos del parón de septiembre por su lesión muscular), allí como lateral zurdo casi siempre, debe vivir la inolvidable experiencia de disputar en Qatar 2022 su segundo Mundial, tras el de Rusia 2018.