La frialdad de Pellegrini para analizar el debate sobre su incierto futuro en el Betis

Con aplomo y nervios de acero, el chileno se ha defendido de las críticas ofreciendo datos estadísticos comparativos de sus cinco temporadas y se ha jactado de haber conseguido que clasificarse para Europa sea "una obligación" a pesar de que antes de su llegada el Betis sólo fue una vez en 10 temporadas

Aitor TorviscoAitor Torvisco 6 min lectura

Nunca había estado tan cuestionado como hasta ahora, pero desde luego a Manuel Pellegrini no se le ve nervioso con las noticias que apuntan a que podría estar viviendo su última temporada como entrenador del Real Betis. Siempre le han acompañado los rumores. En sus mejores momentos en el banquillo heliopolitano, que han sido mayoría en estos cuatro años y medio, las preguntas iban dirigidas a supuestas ofertas millonarias que amenazaban con una marcha prematura. Ahora, la información a debate es la ausencia total de negociaciones con el club para estudiar una nueva ampliación de su vinculación. Para ambas situaciones, el chileno tiene la misma promesa: siempre cumple sus contratos. Y el que tiene firmado no expira hasta el 30 de junio de 2026. Quedan 15 meses y, más allá del ruido por la mala racha deportiva, considera que no es momento de citarse con el club para estas cuestiones.

"Me encuentro muy contento en Sevilla, hemos hecho cuatro temporadas por encima de lo que la gente esperaba y en esta quinta estamos en zona intermedia, no mejor pero tampoco peor que otras temporadas. Me queda mucho trabajo por hacer acá y del futuro nunca se sabe lo que puede deparar", ha comenzado respondiendo Pellegrini sobre los rumores de posible salida. "En cuanto a mi contrato, todavía me queda año y medio aquí, que es un tiempo bastante importante. Esto es largo. Pensar ahora en el futuro no es bueno. Ya habrá tiempo para que hablemos de si el club está contento, de si yo quiero seguir... como hacemos todos los entrenadores o jugadores. Esas son cosas que se irán hablando en el tiempo. No creo que sea el momento de sentarnos a negociar una renovación para dentro de año y medio", ha agregado, defendiéndose de la supuesta crisis.

"Yo no creo que sólo el Betis sea diferente en casa o fuera. De local, ante tu público, sientes más fuerza y confianza; pero también se nos han ido puntos importantes en casa y del mismo modo hemos logrado victorias importantes fuera, como ante el Villarreal, aunque la imagen está siendo peor. La situación no es dramática ni nos estamos jugando el descenso. Nos quedan 57 puntos por pelear y a ver dónde nos lleva esta segunda vuelta", ha analizado, intentando restar importancia a la dinámica de un triunfo en ocho jornadas y recordando que justo antes la dinámica era de siete partidos sin perder. "No hay nada decidido y los puntos que tenemos son similares a los de años anteriores", ha dicho sobre su peor primera vuelta.

"Veo que con 57 puntos por jugarse es difícil opinar con equipos separados por cuatro o cinco puntos. No dependemos sólo de lo que hacemos nosotros, sino también de lo que hacen el resto. Es verdad que hay que dar una imagen más pareja (regularidad) pero es pronto para analizar qué equipos se clasificarán para Europa. Para mí, el mejor logro de estos años es que esa ilusión por estar en Europa, algo que se conseguía una vez en 10, se ha convertido en obligación. Si no nos clasificamos es una hecatombe. La realidad económica mejora o empeora planteles, pero la exigencia por mi parte siempre va a ser la misma", ha continuado en tono reivindicativo hacia su buena labor.

"No hay mucha diferencia. Todos los años perdimos varios partidos seguidos, este año hemos tenido buenas rachas sin perder y otras peores. Todos los años por estas fechas llevábamos más o menos los mismos puntos y tenemos los mismos debates. Son fruto de la pasión que rodea al Betis. Esa exigencia que hay es una de las mejores cosas que hemos conseguidos. El Betis está obligado a darlo todo siempre porque tiene detrás a 50.000 personas. Nunca he visto contenta a la afición cuando se pierde. Vamos a tener una hinchada apoyando al equipo, como siempre en estos años, a pesar de que no esté contenta ahora. Poco reclamo le podemos hacer a la afición", ha opinado sobre las críticas, limitándose a recordar que su trabajo es "evitar que los jugadores se relajen cuando ganan y que se desilusionen cuando pierden".

Sobre el rival, ha precisado que también llega necesitado de puntos y con un técnico que le conoce bien: "El Alavés está teniendo un año complicado también. Tiene un técnico como Coudet al que conozco mucho, le dirigí como jugador, y sé que le da impronta a su equipo, así que va a ser un rival muy difícil. Ser amigos es malo porque le conozco mucho y tengo mucha relación con él, pero mañana quiero que pierda, lamentándolo mucho. Es una relación personal, pero no hay ventajas ni desventajas porque todos los entrenadores nos conocemos deportivamente los unos a los otros". La receta, es la misma de siempre: "Querer ser protagonistas y buscar ir a por el partido desde el minuto 1".