Sólo lleva nueve meses y medio en el Real Betis, pero Pablo Fornals ya puede contar más de una anécdota increíble de su paso por el club verdiblanco. "¡Qué suerte llegar al Betis!", exclama el mediapunta castellonense en una entrevista en la que ha repasado toda su carrera hasta llegar a su accidentado fichaje por el equipo heliopolitano, en unas horas en las que pasó de las lágrimas de despedida del West Ham a la cara de asombro al decirle que un error había impedido cerrar la operación y acabar suspirando de alivio tras el visto bueno de la UEFA, ya al día siguiente y con el mercado invernal de 2024 cerrado. No es la única cosa curiosa que le ha pasado en estos primeros meses en el club y en la ciudad, pues nada de lo que había vivido anteriormente en su carrera se asemeja al hervidero que encontró por sorpresa en la semana previa a su estreno en El Gran Derbi.
Fornals ha atendido desde la zona lounge de la Ciudad Deportiva Luis del Sol al podcast Offsiders, donde entre otros muchísimos asuntos ha repasado con todo detalle cómo fueron sus agitadas últimas horas como 'Hammers' y su sufrido desembarco en el Betis: "En la Premier había cumplido un sueño, pero cuando ya no eres tan feliz al llegar a casa, también ellos lo notan. A mi hijo le había costado adaptarse al colegio de allí... Veíamos que era el momento de salir y qué suerte llegar al Betis. Yo cumplía mi contrato a finales de la pasada temporada, pero en Inglaterra los clubes tienen la opción de ampliarte un año más unilateralmente, que aquí en España es ilegal sin negociar. Llegué un día y me dijeron que me habían firmado un año más. Ya está, me veía allí otro año; pero en Navidad llegaron ofertas y queríamos volver a España".
"Se dio lo del Betis, pero casi no se da. No llegó el transfer, el West Ham se equivocó en unos datos y no se completaba la operación, nos pasó a Benhrama y a mí lo mismo. No concordaba con los datos que mandaba el Betis y no se hacía. Yo llevo ya el día 2 de febrero, con el mercado cerrado, porque la UEFA lo permite. Se demostró que no hubo mala fe, sólo un error y en la aplicación se veía que el West Ham intentó replicar los datos 10 u 11 veces".
"Estaba en el estadio, ese día había habido partido. Eran las 23:00. Me despedí de mis compañeros, el entrenador hizo un 'speach' precioso, todos emocionados abrazándonos, yo llorando como pocas veces en mi vida... y dieron las 00:00 sin que se completase el fichaje, así que en teoría me tenía que entrenar al día siguiente con el West Ham. Menos mal que la UEFA vio que los números cuadraban y lo autorizó", relató Fornals, agradeciendo el cariño que aún le tienen en Londres.
Llegar y jugar. "Entré con el pie derecho. Yo llego el viernes, entreno el sábado y voy convocado el domingo. Era en casa, la gente pedía que me sacasen y debuté. Los primeros minutos fueron desastrosos pero al partido siguiente fuimos a Cádiz, salí otra vez y metí mi primer gol, jugando muy bien en banda derecha. Estábamos en un momento en el que entrábamos y salíamos de puestos europeos, al final acabamos en Conference pero tuvimos muchos opciones de habernos metido en la Europa League". En estos nueve meses, Fornals ya suma 32 partidos oficiales, con cuatro tantos y dos asistencias.
"El derbi es... intenso, muy intenso. La ciudad se paraliza, hay grupos de amigos divididos en ambos bandos. Familias en las que unos son del Betis y otros del Sevilla... Son dos semanas, la de antes del partido y la de después, muy muy intensas. No había visto nada igual en mi vida como ir al colegio de mi hijo y que la gente se me tirase encima, unos 'Fornals tenéis que ganar, tenemos que ganar el derbi' y otros 'Fornals, os vamos a ganar, ¡eh!'. La semana de mi primer derbi fue... 'guau'. Una semana increíble".