"Me ha costado llegar a este momento. Qué digo. Todavía me cuesta verme alejado de la pelota. No soy capaz de hacerme a la idea de que esto se ha terminado. Quizá por eso he tardado tantos meses en anunciaros que mi etapa como futbolista en activo toca a su final. Lo hago porque me considero un afortunado. Aquel muchacho que se divertía en el Club Artesano, el modesto equipo de Las Palmas donde empecé, ha superado todas las barreras que ni siquiera hoy soy capaz de imaginar: disputar como delantero casi 800 partidos oficiales y celebrar como propios más de 300 goles. Con todo esto en la mochila del fútbol y de la vida, considero que es el momento de dejar descansar el balón". Así inicia este 7 de junio de 2024 su carta de adiós de una leyenda: Rubén Castro Martín. A unos días de cumplir 43 años, el grancanario, sin equipo desde el verano pasado, cuando se marchó del Málaga CF, ha dicho que hasta aquí llegó.
"Me despido con cariño, respeto y admiración especialmente a dos clubes y a dos personas que han marcado mi carrera. He defendido los colores de once equipos durante más de veinte años como profesional, del norte al sur de la península y hasta una aventura en China. De todos guardo su estima, porque de todos recojo maravillosas vivencias que nunca me abandonarán allí donde esté. Pero tengo que ser honesto con todos: dos clubes son especiales, dos clubes los he sentido como propios. Sí, la UD Las Palmas y el Real Betis Balompié me hacen sentirme un privilegiado. Pertenecer a la historia de ambos me congratula. Con ellos, me hice mejor, me superé como persona y como futbolista y sólo me queda expresar mi gratitud eterna a sus dos aficiones y a esos seguidores que me apoyaron en las buenas, y sin dejarme caer en las malas", continúa el delantero insular.
"En esta despedida, mirar atrás me abruma. Agradezco la oportunidad que me concedieron técnicos, empleados y compañeros de esa lista interminable de equipos en los que desarrollé mi felicidad. Voy a nombrar a dos muy particulares. No significa que no me acuerde de muchos otros, pero singularmente la figura de Pepe Mel se encuentra grabada a fuego en mi trayectoria. Nadie me entendió mejor que él, como con nadie me entendí en el césped como con Jorge Molina. Esos años en el Villamarín nunca tendrán fin en mi memoria. Concluyo con el orgullo de pertenecer al mundo del fútbol, al que de alguna u otra manera seguiré vinculado, dónde si no. Hasta aquí hemos llegado y desde aquí, con humildad, buscaré seguir amando a la pelota", finaliza Rubén Castro, máximo goleador de la historia del Real Betis, con 148 tantos, además de 36 asistencias. Su hijo mayor sigue su estela en los escalafones inferiores verdiblancos. No te vayas muy lejos, 'Rubo'.