Aitor Ruibal protagonizó casi la única mala noticia de la tarde, muy positiva por todo lo demás para el Real Betis, que volvió a ganar en LaLiga tras el fiasco en la Conference League ante el Dinamo de Zagreb y su adiós definitivo a Europa. Son ya tres victorias y dos empates en sus últimas cinco comparecencias en el torneo doméstico de la regularidad, hasta el punto de que únicamente el FC Barcelona mejora sus registros en ese periodo. Un arreón oportunísimo de los hombres de Manuel Pellegrini, que, con su merecido 3-1 contra el Athletic Club, recuperan la sexta plaza, aprovechando el tropiezo de la Real Sociedad ante el Villarreal CF, y evitan que los vizcaínos se marchen ya a trece puntos, quedando ahora el quinto puesto a siete, con el duelo directo igualado (4-2 en San Mamés). Casi todo redondo, salvo por la lesión del catalán. Y pudo ser peor.
El '24', que continuó en el lateral derecho pese al buen nivel anterior de Héctor Bellerín, suplente también en tierras croatas, desplazó a Youssouf Sabaly a la banda izquierda, con la encomienda ambos de aprovechar su velocidad para contener a Nico Williams y Álex Berenguer, respectivamente. Lo hicieron a la perfección, sumándose, además, muy bien al ataque cuando tocaba. Aitor desesperó completamente al menor de la saga vasco-ghanesa, que no se le fue nunca y que terminó expulsado al protestar una falta clara a Nabil Fekir (aunque venía enfadado al no señalársele una previa al 2-0 de Germán Pezzella) y luego aplaudir a Cuadra Fernández, que castigó su desconsideración con la segunda amarilla. Pero Ruibal no pudo rematar su domingo al resbalar en un contragolpe y doblarse el tobillo izquierdo. Hasta se quitó la bota de la desesperación el de Sallent, que dejó su sitio a su paisano y amigo ex del Arsenal.
Con él, Manuel Pellegrini tiene ya siete lesionados, aunque parece que Guido Rodríguez y Ayoze Pérez, que se ya se empezaron a entrenar a finales de esta semana con sus compañeros, estarán en la citación para la visita del próximo domingo 3 de marzo (16:15 horas) al Metropolitano para enfrentarse al Atlético de Madrid. Queda un poco más para que estén disponibles Abner Vinícius, Isco Alarcón, Marc Bartra y Cédric Bakambu, mientras que Juan Miranda ha cumplido ciclo de amonestaciones, aunque se retiró tocado en Zagreb, como Marc Roca, por lo que habrá que esperar acontecimientos. Sí se encuentra habilitado Sokratis Papastathopoulos, mientras que no vieron la quinta contra el Athletic ni Germán Pezzella ni el propio Aitor Ruibal (lo de forzarla cuando te lesionas para matar dos pájaros de un tiro ya está muy vigilado y castigado). El nuevo apercibido es el 'Chimy' Ávila, con el que el 'Ingeniero' estuvo ágil.
Y es que el argentino, que siempre va a tope y no esconde nunca la pierna, vio la cuarta tarjeta de la presente campaña (tres con CA Osasuna y otra en previa de Conference que no cuenta, además de dos rojas directas, y ésta, la primera con el Real Betis) al pisar a un contrario y reconocerlo rápidamente, aparte de jugarse la segunda en varias refriegas en las que los jugadores vizcaínos le buscaron, como Vivian, que le dejó la pierna nada más arrancar el segundo tiempo y algún otro con el que intercambió empujones. Sorprendió, incluso a sus compañeros, que Pellegrini lo dejase salir tras el descanso, pues suele cuidar estas cosas y se podría dar el caso de equilibrar numéricamente la contienda. Una curiosa charla entre Aitor Ruibal y Pablo Fornals, captada por las cámaras en el túnel de vestuarios, así lo atestiguaba. "Hay que evitar que el Chimy cree una guerra desde el primer momento, porque no nos conviene", decía el castellonense; "pues la va a crear", le contestaba el catalán. En el 51, dejó su sitio a Rodri Sánchez.