La ilusión desbordada de comienzos de temporada se ha evaporado en el FC Barcelona a causa de los malos resultados recientes. La pelota ya no entra y eso trae consigo dudas. Hasta tal punto que Hansi Flick empeora los números de Xavi Hernández en las últimas dos campañas a estas alturas. El técnico egarense siempre estuvo en el ojo del huracán por las reiteradas excusas. Unas excusas que el alemán no pone pero sí que acompaña con una imagen diluida. El Barça no es el mismo del inicio y la afición exige una reacción de cara a la segunda parte del campeonato.
Porque el conjunto azulgrana es tercero en la clasificación de LaLiga EA Sports con 38 puntos. A dos del Real Madrid (con un partido menos) y a tres del líder Atlético de Madrid (con otro encuentro pendiente). La solidez mostrada a comienzos de curso se ha venido abajo. Hacía muchos años que el Barça no perdía tres partidos consecutivos jugando de local. Las derrotas frente a Las Palmas, Leganés y Atleti han abierto la herida que ahora Hansi Flick trata de coser.
Los números no mienten. Las matemáticas son infalibles. De sensaciones no se vive. Y la estadística arroja un porcentaje de derrota del 25% en Hansi Flick. Un promedio que empeora con creces a sus antecesores en el banquillo culé. El alemán está por debajo de Quique Setién (16% de derrotas), Ronald Koeman (21%) y Xavi Hernández (15%). Pese a todo la confianza en el ex del Bayern Múnich es total y éste asegura que pelearán por todos los títulos a final de temporada.
Otro dato alarmante es que el Barça ya ha perdido a estas alturas el mismo número de partidos que en todo el año pasado en Liga a las órdenes de Xavi Hernández. En los últimos cinco encuentros sólo ha sumado cuatro puntos de 15. Un dato alarmante que explica el bajón en su juego.
Explicar el diagnóstico del FC Barcelona es complejo. En primer lugar ha perdido el factor sorpresa inicial que le llevó a ocupar el liderato en solitario a comienzos de la temporada 24/25. La técnica del fuera de juego empleada a gala por el teutón maravilló pero ha perdido eficacia. Los rivales han estudiado minuciosamente al conjunto catalán y se nota.
Otra razón es el paso atrás de varios de sus jugadores más punteros. Raphinha ha bajado su juego, al igual que Lamine Yamal. En defensa la hegemonía se ha evaporado y los equipos de Primera división le hacen gol con más facilidad que antes. Un motivo que se extrapola también al ataque. Le cuesta marcar y perdona una ingente cantidad de ocasiones (véase los envites ante Leganés y Atlético de Madrid). Tiene trabajo por delante Flick cuando se asoma en el horizonte el tramo más decisivo del curso. En enero llega la Supercopa de España, la Copa del Rey y encuentros trascendentales en Liga. La Champions la tiene encauzada hasta febrero.
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