La RFEF ya tiene la pelota en su tejado. El ente federativo, muy en contra en la etapa de Luis Rubiales al frente de la presidencia de que encuentros de LaLiga se llevaran fuera de España, cuenta ya con la solicitud oficial para que el FC Barcelona – Atlético de Madrid, uno de los partidos más importantes del campeonato doméstico, se traslade a los Estados Unidos, a Miami más concretamente. Uno de los proyectos estrella de Javier Tebas, esta idea ha sido ampliamente rechazada por la afición en general, que no entiende otro feo más de la patronal con quien tendría que ser uno de sus mayores activos. A pesar de esto, la LFP sigue adelante con esta iniciativa, que ha levantado una gran controversia.
Tal y como apunta Mundo Deportivo, en las últimas horas, LaLiga le ha enviado a la RFEF la solicitud para que se autorice el traslado del enfrentamiento entre los de Flick y los de Simeone lejos de nuestras fronteras. Después de que se produjera este acontecimiento, ahora, es el turno de la Comisión Gestora, que convocó elecciones a la presidencia hace pocas semanas. En este sentido, este organismo sí que tiene poder de decisión y sí puede autorizar o no, en el caso de que proceda, un punto que puede marcar un antes y un después en la competición de la regularidad.
Teniendo en cuenta que las relaciones entre la RFEF y LaLiga han mejorado sobremanera, las opciones de que el ente de Las Rozas le dé luz verde a su homónimo son reales. Además, el reglamento de la FIFA es claro al respecto. Quien debe dar el OK a este tipo de asuntos es la Federación, que tiene ahora en sus manos permitirle a Javier Tebas forzar a los aficionados rojiblancos y culés a un exilio forzoso que no gustará a nadie en las respectivas masas sociales.
Cuando se dé luz verde, en el caso de que se produzca, es la propia RFEF la encargada de trasladar a la UEFA este documento, de gran relevancia. Según las reglas, "debe ser la Confederación quien debe autorizar esta solicitud como muy tarde 21 días de la disputa del partido en cuestión". Esto es, que el 1 de diciembre, como mucho, debe producirse la autorización de la organización presidida por Ceferin. En el caso de que se produzca, la CONCACAF y la Federación Americana de Fútbol recibirán la solicitud para que este partido en Miami salga adelante.