Claudio Bravo jugó dos temporadas en el Fútbol Club Barcelona, la 14/15 y la 15/16, y tras 75 partidos defendiendo la portería blaugrana, puso rumbo al Manchester City. Durante esas dos temporadas coincidió con Marc André ter Stegen bajo los palos manteniendo ambos una dura pelea por ser el dueño de la portería. El chileno era el portero titular en LaLiga mientras que alemán jugaba Copa del Rey y Champions League. Una gestión de la portería que fue insostenible a partir de la segunda temporada y acabó con el chileno marchándose a la Premier League.
En aquel entonces, el Barça decidió apostar por la juventud de Ter Stegen antes que por la veteranía y solvencia de Bravo y no ha sido hasta ahora, casi 10 años después y tras pasar por el City y el Betis cuando ha hablado de aquella situación en Can Barça. El chileno ha dado a entender que su salida fue propiciada en cierta manera por el alemán, que se veía incapaz de arrebatarle la titularidad en LaLiga.
"Ter Stegen se dio cuenta que no me podía sacar. Deportivamente, claro, no me podía sacar. De los primeros 7 partidos que jugué en el Barça hago un récord en la Liga española de no encajar goles durante 7 partidos, fue mi carta de presentación en el Barça: 7 partidos sin encajar goles, claro... ¡cómo me van a sacar! El primer año campeón, Zamora, me hicieron no sé si 15 o 16 goles en un torneo que muy pocos lo han hecho, y es como poner tu sello ahí: vale, para sacarme tienes que hacer más cosas", ha recordado el chileno en una entrevista en su país.
Además, Bravo también ha hablado de la relación que mantenía con Ter Stegen, que en cierta manera era tensa por la diferencia de edad entre ambos. "Lo que sale a raíz de él, siempre era como una relación de conflicto, de no tener ese grado de amistad, pero era todo lo contrario. Al final se entiende, desde el punto de vista nuestro, que cuando tienes un jugador con más años de recorrido y a un jugador que está recién empezando, en el caso de él, las declaraciones de uno o de otro son totalmente distintas", explicó.
Bravo también ha puesto de relieve la dificultad extra que tiene el ser portero, pues solamente puede jugar uno: "En el rol que me tocaba por aquel entonces como jugador más 'grande' era generalmente el de apagar las cosas, no de seguir metiendo ahí si teníamos un grado de competencia alto, porque claro, la situación lógicamente te la ponen ahí y no te puedes dormir, y quien juega lo tiene que hacer bien, porque te estás jugando mucho; una Champions, la Liga, y ves lo que tienes para atrás, y estamos hablando de jugadores de este nivel, y la exigencia es altísima".