El Barcelona ha cambiado de idea. Inicialmente no tenía pensado presentar alegaciones por la expulsión sufrida por su entrenador, Xavi Hernández, en el duelo de la pasada jornada ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano. Pero finalmente, la entidad azulgrana ha decidido presentar un recurso.
El objetivo es que le sea retirada una de las dos amarillas que vio a lo largo del partido para que pueda dirigir a su equipo en el próximo compromiso liguero, que tendrá lugar en Montjuic, ante la UD Las Palmas, el sábado 30 de marzo. En caso de que las alegaciones nos prosperen, en cambio, podría ser sancionado con dos encuentros, por lo que tampoco estaría en el banquillo del Nuevo Mirandilla ante el Cádiz.
El preparador catalán, que acumula 22 amarillas y dos expulsiones desde que es entrenador del club azulgrana, vio una amarilla en el minuto 41 por "realizar observaciones de carácter técnico" a una de las decisiones del árbitro Sánchez Martínez, según recoge el acta arbitral. Esa primera tarjeta se debió a una protesta por una falta sobre Robert Lewandowski.
La segunda amarilla tuvo lugar tan sólo un minuto después y, según el acta arbitral, se produjo por "realizar observaciones de carácter técnico a una de mis decisiones, voz en grito, realizando gestos de desconsideración y tras haber sido advertido previamente por el cuarto árbitro".
En ambas acciones, el árbitro mostró la amarilla a instancias del cuarto árbitro: Campos Salinas, que fue quien pidió a Sánchez Martínez que expulsase al técnico del Barcelona. Según unas imágenes televisivas, el ayudante le dijo al árbitro antes de la segunda amarilla: "Sácasela, sácasela, segunda y a la calle".
Por su parte, Xavi explicaba lo sucedido tras el partido y aseguraba que la expulsión le había parecido del todo desmedida. "Yo soy muy pasional en el banquillo, ya lo sabéis. Para mí es injusto", destacó.
En la Ciudad Condal creen que esta ‘vendetta’ del colegiado murciano viene por lo sucedido en el encuentro de la primera vuelta frente a los colchoneros. En aquel partido, los culés se quejaron de varias acciones polémica, entre ellas un pisotón en el área sobre Joao Félix. Pero lo más llamativo fue que uno de los asistentes de Sánchez Martínez fue cazado escuchando tras la puerta del vestuario del Barça a la conclusión del partido.