No es fácil cambiar de equipo en año de Eurocopa y Juegos Olímpicos cuando eres un fijo en tu club y en la selección. Sin embargo, a sus tempranos 19 años, Arthur Vermeeren estaba convencido de que no podía dejar escapar la oportunidad para dar el salto a LaLiga española de la mano del Atlético de Madrid. El mediocentro belga sumaba 32 partidos en sólo media temporada en el Royal Amberes, pero en estos dos meses como colchonero sólo ha tenido la oportunidad de sumar 83 minutos repartidos en tres encuentros. Arriesgó muchísimo por vestir de rojiblanco, pero el Cholo Simeone le tiene anclado al banquillo y ahora teme perder la oportunidad de vivir su primer gran torneo con Bélgica. Su seleccionador, Domenico Tedesco, ha contado con él para esta ventana de marzo; pero si sigue sin tener participación de aquí a la Euro 2024 de Alemania...
Según informan desde su país, la presencia de Vermeeren en la Eurocopa es una de las principales incógnitas de Bélgica. El joven pivote lo asume: "No sé cómo irá el resto de la temporada; pero lo más importante para mí ahora es pensar que, si voy a la Eurocopa, podré dar lo mejor de mí. No quiero ir por el simple hecho de ir. Quiero ayudar al equipo", explicó en una entrevista para el medio local Het Laatste Nieuws (HLN) en la que admitió que, a la hora de decidirse en el pasado mercado invernal por la oferta del Atlético puso en la balanza el hecho de que este salto deportivo le podía costar la Euro si no lograba hacerse con un sitio en el once de Simeone.
"Cuando llegó la oferta, primero pensamos en quedarnos en Amberes, porque habría tenido más seguridad de jugar la Eurocopa. ¿Pero habría sido la mejor versión de mí mismo? No. Claro que al principio pensé 'Tengo que jugar, tengo que jugar', pero tenía que aceptar", reflexiona sobre los motivos que le llevaron a firmar el pasado 26 de enero por el Atlético, que pagó una considerable cifra de 18 millones de euros que invitaba a pensar a que el centrocampista tendría más oportunidades: "Pasar del Amberes al Atlético no es poca cosa. Sé que tengo que tener paciencia. Ya sea una semana, un mes o dos meses de espera, todo dependerá del entrenador. Claro que no es bueno no jugar, pero mientras tanto intento prepararme lo mejor posible".
"No jugar me estimula mentalmente. Ahora puedo concentrarme más en mi condición física. Como no juego a menudo, intento hacer tantos ejercicios de fuerza como sea posible antes de entrenar. Así que, cada vez que tengo una nueva oportunidad, la aprovecho", explicó un resignado Vermeeren, que aprovecha el ostracismo para cambiar su físico y que admite que no ve nada sencillo que su situación pueda cambiar de aquí a final de curso. En este sentido, reconoce que no dominar el idioma le resta opciones de cara a optar a convencer al Cholo: "Sabía que no sería fácil porque todavía no hablo español, al principio no entendía nada de nada. Algunos compañeros hablan inglés, pero como el objetivo es que yo aprenda el idioma lo más rápido posible, siempre me hablan en español. Axel (Witsel, internacional belga) me ayuda y me traduce. Y entonces ya reconozco ciertas palabras. Entiendo más fácilmente lo que significa".
A pesar de su difícil situación, Vermeeren tiene buenas palabras para el técnico argentino, que le ha soprendido gratamente en el día a día: "Quiero aprender a irradiar tanta pasión como Simeone". "Se nota que el entrenador tiene confianza en mí. Eso siempre es bonito y muy importante. También puedo aprovechar este periodo internacional para demostrarle al Atlético que me han convocado por una buena razón. En cualquier caso, venir a la selección es bueno para mí mentalmente, pero también físicamente y en términos de oportunidades de juego", añadió, justo antes de jugar este sábado los 90 minutos en el empate sin goles de Bélgica ante Irlanda. Desde el 21 de enero, aún con el Amberes, no completaba un partido.