Durante once temporadas consecutivas, desde la campaña 2012-2013 hasta la 2022-2023, el Atlético de Madrid ha sido un ejemplo de competitividad en La Liga, bajo la dirección de Diego Pablo Simeone. Sin embargo, la temporada actual ha supuesto un punto de inflexión para el Atlético. Por primera vez en la era Simeone, el equipo no ha quedado entre los tres primeros clasificados, terminando por detrás de un club con menor presupuesto, el Girona.
Aunque desde una perspectiva de objetivos mínimos podría parecer insignificante finalizar tercero o cuarto, esta caída del podio es un claro aviso para los colchoneros. El equipo madrileño ha dejado de ser intocable y ahora se encuentra en una posición más débil que la que tenía hace unos años, peleando por un puesto en la Champions League y cada vez más cerca de sus perseguidores y más lejos de sus competidores directos, Real Madrid y Barcelona.
El técnico argentino ha señalado en varias ocasiones que, en un campeonato como LaLiga, con 38 jornadas, se nota mucho la diferencia de presupuesto entre los equipos en comparación con torneos cortos como la Copa del Rey o la Champions League, donde no existe tanta diferencia. A pesar de esta desventaja económica, el Atlético de Simeone ha conseguido terminado LaLiga por delante de Real Madrid y/o Barcelona en varias ocasiones.
El Atlético de Madrid tiene por delante un verano crucial que marcará su futuro. La actual plantilla parece envejecida y agotada, sin muchas reservas de energía. La directiva se encuentra en la obligación de tomar decisiones importantes en el próximo mercado de fichajes. Si el club quiere recuperar el protagonismo que tuvo en los primeros años de Simeone y volver a pelear los títulos con los grandes, debe rascarse el bolsillo y fichar jugadores en posiciones clave que requieren de cambios. Las viejas glorias como Griezmann, Morata, Koke, Oblak o Saúl ya no son suficientes para mantener al equipo en la élite.
La actual situación demanda una renovación profunda y una gestión audaz de los recursos disponibles. La dirección deportiva del club debe identificar y fichar a jugadores que puedan revitalizar la plantilla, aportando frescura y calidad. Una de las zonas del campo que se quieren reforzar este verano es la delantera. La posible marcha de hombres como Menphis Depay o Álvaro Morata ha llevado al club a peinar el mercado en busca de un ‘9’. Sörloth y Dovbyk son los nombres que suenan con más fuerza. Además de fichar, será esencial mantener a figuras clave que aún pueden rendir al máximo nivel y complementar sus características y habilidades con nuevas incorporaciones que llenen el equipo de aire fresco.
El reto es considerable, pero el Atlético de Madrid ha demostrado en el pasado su capacidad para superar adversidades y sorprender a propios y extraños. La próxima temporada será decisiva para saber si el club puede hacer frente a los nuevos desafíos y volver a pelear LaLiga con el Real Madrid y el Barcelona. La afición rojiblanca espera con muchas ganas ver un equipo renovado y competitivo, listo para luchar por los títulos y mantener el legado de Simeone en lo más alto del fútbol español.
La gestión eficaz durante este período de transición, por llamarlo de alguna manera, será crucial para el futuro inmediato del club madrileño y para mantener su estatus como uno de los equipos más respetados y temidos no sólo de España sino también de Europa.