Fútbol sevillano

Impresiones del 'También jugaron'

Impresiones del 'También jugaron'
Un futbolista del Bellavista B espera en la banda a ingresar en el terreno de juego durante el partido del filial fronterizo con el Camino Viejo (Grupo II de Segunda Andaluza) del pasado fin de semana. - A. Federero
Antonio FedereroAntonio Federero2 min lectura
El cronista del balompié provincial parece tenerlo ahora más fácil. Antes, debía estar pendiente de los cambios de losdos equipos para elaborar la ficha técnica, pudiendo llegar a contabilizar un máximo de diez (cinco por escuadra).

Ahora, sin embargo, las sustituciones de futbolistas son ilimitadas, de ahí que, tras citar al once inicial, recurra al clásico 'También jugaron' de los amistosos veraniegos y enumere a los jugadores que se quedan en el banquillo. Esto, en cuanto al periodista, pero... ¿y los entrenadores y futbolistas?, ¿qué opinan ellos?

ESTADIO Deportivo ha querido recoger las primeras impresiones de los protagonistas sobre algo que muchos han llegado a considerar como un antes y un después en el fútbol provincial. Se trata de los cambios volantes, una medida adoptada esta temporada por la Real Federación Andaluza de Fútbol (RFAF) y que el pasado fin de semana empezó a ser una realidad en las Primera Andaluza y Segunda Andaluza sevillanas.

El organismo federativo ya explicó en su momento que su comisión delegada había aprobado la implantación de una norma ideada por la Internacional Board con el fin de "dinamizar el fútbol aficionado y base", así que es el momento ideal para acudir a entrenadores y futbolistas y expresen sus opiniones sobre lo que vieron el sábado y el domingo: salidas y entradas de jugadores del campo de juego sobre la marcha, sin detener el partido y en número indeterminado. Junto a ello, convocatorias de 18 efectivos en lugar de 16, como era antes.

Disgusto generalizado
Cabe decir que la opinión generalizada de los preguntados por este periódico sobre los cambios volantes es negativa, si bien, como en todo, también hay quien no lo ve mal y sí como un avance en un deporte que se suele mostrar reacio a los grandes cambios. Y este, no cabe duda, lo es.