El presidente del
Celta de Vigo,
Carlos Mouriño, reiteró este lunes que se llevará el club de la ciudad si la corporación municipal no le vende el estadio de
Balaídos o le cede unos terrenos para construir uno nuevo, después de confirmar que rechazó una oferta de 93 millones de euros por el 66 por ciento del accionariado.
"El 23 de febrero solicitamos al ayuntamiento la compra del estadio de
Balaídos o una licencia para construir un campo nuevo. Estamos esperando su respuesta. A partir de esa respuesta tomaremos las decisiones necesarias", comentó el máximo accionista del club en un desayuno informativo con la prensa.
"Si no nos quieren en
Vigo, nos tendremos que ir de Vigo. Nosotros estamos escuchando muchísimo la palabra legalidad. ¿Pero qué pidió el
Celta que fuera ilegal? Nada. Nunca pedimos nada
ilegal. Lo que sí pedimos es que si hay un acuerdo sea un acuerdo con validez jurídica, que no sea una promesa, un convenio o un protocolo", agregó.
El empresario gallego, que ha hecho fortuna en México, detalló aspectos del acuerdo con el holding chino interesado en la compra del club e insistió en que "nunca" hubo "un compromiso" de venta.
"Tenemos notariada la oferta que recibimos. Correspondía al 66 por ciento del porcentaje de acciones y era por 93 millones de euros, incluyendo la cancelación del préstamo del presidente. Era un único pago en el momento de formalizar la compra. Y no estaba supeditada la venta al número de acciones ni a la compra del estadio de Balaídos", apuntó.
En este sentido, explicó que dicha oferta fue rechazada porque su proyecto de futuro para el
Celta puede "cristalizarse": "Pero si en Vigo no nos quieren estudiaremos las ofertas de fuera, que las tenemos. Hemos dado todos los pasos, hemos sido pacientes pero ha llegado el momento de tomar la decisión. Y esa decisión es Vigo o no Vigo".
Mouriño presumió de unos números económicos "extraordinarios", reveló que la deuda concursal se ha reducido a 560.000 euros y que podrían terminar la temporada con 13 millones de euros de beneficio.
"Esto puede variar si seguimos superando rondas en la
Europa League", señaló el presidente celeste, quien achacó la baja afluencia de espectadores a Balaídos a las "incomodidades" del estadio municipal: "La reforma de Tribuna ha quedado bonita pero no ayuda a que vaya la gente al campo. Cuando llueve los aficionados se mojan", ha concluido.