El regreso de
Fernando Torres, trece días después del choque en Riazor que conmocionó y asustó al fútbol español, y la buena ventaja del Atlético de Madrid, el 2-4 del encuentro de ida, marcan el partido de vuelta de los octavos de final de la
Liga de Campeones ante el Bayer Leverkusen. El delantero, que este martes se entrenó por segundo día seguido con el grupo, recibió el alta y entró en la convocatoria, ya está listo para su vuelta a la competición. Ya lo avanzó el argentino
Diego Simeone el pasado viernes y ya lo confirmó él con su reincorporación a los entrenamientos del grupo este lunes.
Este martes, el técnico ya le incluyó entre los 18 elegidos para el encuentro, a punto para entrar en juego; una inmejorable noticia para él, para su equipo y para el fútbol español, olvidada ya la noche de angustia que se vivió el pasado 2 de marzo en Riazor, en el minuto 84 del partido contra el Deportivo de La Coruña. Ese momento en el que cayó desplomado e inconsciente al césped tras un choque con Álex Bergantiños. Fue atenido sobre el terreno en cinco minutos interminables y evacuado después en ambulancia, donde recobró el conocimiento. Doce horas después recibió el alta en un hospital de La Coruña; trece días más tarde está en la convocatoria.
En principio no se prevé que sea titular en el ataque del Atlético, aunque el técnico mantenga la baja del francés
Kevin Gameiro por unas molestias musculares en el abdomen que ya le apartaron del choque en Granada. En esas circunstancias, Ángel Correa será, en principio, el compañero de Antoine Griezmann arriba. Ahí jugó el sábado en el estadio Nuevo Los Cármenes Yannick Carrasco, que este miércoles regresará a la banda izquierda, con Koke Resurrección por la derecha y con Thomas Partey y Saúl Ñíguez en el medio centro, en el que Simeone tiene la baja de
Gabi Fernández, sancionado y lesionado para el encuentro de mañana.
En la defensa, sólo repite Diego Godín respecto al 0-1 en Granada. En el resto habrá novedades: en el lateral derecho entrará Sime Vrsaljko por Juanfran Torres, en el centro jugará José María Giménez por
Stefan Savic, con el alta y en la convocatoria de la fractura de los huesos propios de la nariz sufrida el sábado, y en la izquierda formará Lucas Hernández por el sancionado Filipe Luis. En esos parámetros se moverá la alineación de Simeone, que mantiene las bajas del portugués Tiago Mendes y del argentino Augusto Fernández, fuera por lesión desde diciembre y septiembre, respectivamente, y que ha incluido a Juan Moreno para completar la convocatoria, en la que sigue el italiano Alessio Cerci.
Por delante, un duelo encarrilado por el conjunto rojiblanco, aunque sin ningún exceso de confianza. No se lo permite él mismo, pero tampoco la competición ni el adversario, por mucho que esté bastante por debajo del que forzó una tanda de penaltis en la misma ronda y el mismo torneo hace dos años en el
Vicente Calderón. Hay ejemplos recientes que avisan al Atlético contra la relajación, pero que a la vez lo protegen para afrontar el choque, como la increíble remontada del Barcelona al
Paris Saint Germain, el sufrimiento del Real Madrid en el primer tramo en Nápoles o, en su caso, el 2-3 con el que le amenazó Las Palmas en el mismo escenario.
Entonces, en los octavos de final de la
Copa del Rey, también tenía dos goles de ventaja del partido de ida, un 0-2. Quizá por esa circunstancia rebajó por momentos la tensión. El resultado final fue un 2-3, cierto que con el último gol rival muy cerca del final, pero también que uno más le habría dejado fuera del torneo. Se clasificó. No quiere sorpresas ni descuidos el Atlético, al que todos los datos, estadísticas, precedentes y sensaciones le dan como vencedor en el envite de este miércoles, el último paso hacia su novena presencia en los cuartos de final de la Copa de Europa; cuatro de cuatro, si lo logra, en la era
Simeone y de forma consecutiva.
En la historia de los torneos europeos, de las treinta veces que el encuentro de ida se saldó con un 2-4 para el bloque visitante, sólo en una pasó el contrincante que partía en desventaja en la vuelta (el Metz, con un 1-4 al Barcelona en la Recopa de Europa de 1984-85) y sólo dos clubes, Inter y Ajax, han levantado un marcador adverso como local en la vuelta a domicilio en la Liga de Campeones. El Atlético, a la vez, ha ganado sus 20 eliminatorias europeas con un resultado a favor en la ida fuera y con la vuelta en su estadio y el Leverkusen ha sufrido todo lo contrario: los diez enfrentamientos a doble partido que comenzaron con una derrota en su campo terminaron después con la eliminación del conjunto alemán.
Las sensaciones también son favorables al equipo rojiblanco, un bloque superior a su rival, como quedó demostrado en la ida y como corroboran las trayectorias de ambos clubes, con el
Atlético reenganchado a la pelea por la tercera posición en la Liga gracias al 0-1 en Granada. Sólo ha perdido tres de sus 18 choques de 2017. El Leverkusen, entre tanto, viaja por una posición menor en la
Bundesliga, el décimo puesto. Sólo ha sido capaz de vencer nueve de sus 24 encuentros de este curso en el campeonato y fue goleado 6-2 por el Dortmund en su última salida, el partido que aceleró y culminó la sustitución del técnico Roger Schmidt por Tayfun Korkut.
El estreno del nuevo entrenador tampoco alteró la inercia de su equipo en este curso: empató en casa con el Werder Bremen, cuarto por abajo (1-1), no hubo apenas cambios en el once tipo que manejaba su predecesor y sólo en algún matiz de su estilo, más contenido en sus ataques que con Schmidt, hubo alguna diferencia con el pasado. Además, llega a Madrid entre una racha de lesiones que obligará al nuevo entrenador a improvisar en la defensa. Ahí son baja para el choque sus dos centrales titulares,
Omar Toprak y
Jonathan Tah, y Lars Bender, que hubiera podido ser una alternativa para esa demarcación, también sufre una lesión en un tobillo.