Solamente restan
dos jornadas completas de la ventana estival de
transferencias. Un espacio escaso para los movimientos que otras temporadas daba de sobra para varias decenas de operaciones sobre la bocina, pero que, desde que la pandemia del
coronavirus asuela el fútbol mundial, apenas alberga algún cambio de destino. Los clubes han apostado en su mayoría por la
autarquía, por no perder lo bueno que tienen y, si acaso, por firmar efectivos 'gratuitos',
libres o desvinculados, cedidos a lo sumo, aplazando el pago de cualquier traspaso a la espera de tiempos mejores con opciones u obligaciones de compra.
LaLiga no es una excepción.
El
Real Betis se ha manejado últimamente como pez en el agua en el mercado del
coste cero. El tope salarial impuesto por la patronal para evitar agravios y futuros concursos o quiebras condiciona, mientras que, en el extranjero, el dinero de la
televisión sigue fluyendo o las moratorias permiten a los poderosos
endeudarse sin medida.
Tirachinas contra AK-49. No queda otra que pelear con las armas que tocan. A día de hoy, los verdiblancos tienen casi a cero su margen de maniobra en el capítulo económico. Necesitan una ficha para inscribir a
Willian José, con la rescisión de un Sidnei sin ofertas como la solución más probable, pero, como confesaron en los prolegómenos del encuentro ante el Madrid
Catalán y Cordón, únicamente "una salida inesperada" permitiría otro fichaje.
Y no porque no se necesite potenciar algunas demarcaciones.
Sabaly estará fuera por lesión cuatro meses, según Pellegrini, con lo que el lateral diestro queda cojo, con sólo un Montoya que no está rindiendo bien en lo que va de curso. Algunos echan de menos otro central experimentado que complemente a
Pezzella, Bartra, Víctor Ruiz y Edgar, así como un delantero nato para ayudar a Willian y
Borja Iglesias, pues la vía de
Juanmi como referencia no convence a casi nadie. A falta de que se recupere
Lainez y de que carburen
Tello y Joaquín, por lo que se ha visto en las tres primeras jornadas, tampoco vendría más algo de
desborde y verticalidad en ataque.
'Mundo Deportivo' desvelaba este domingo que
William Carvalho, por el que
se interesó un Norwich que ya ha encontrado otro mediocentro, ha rechazado una propuesta del
Fulham, de la
Championship, que sí convence al Betis: cesión con opción de compra que se convertiría en obligación de lograr el
ascenso a la Premier League. De no cambiar de postura, el internacional portugués seguiría en Heliópolis, aunque, de todas formas, su marcha tampoco liberaría un dinero suculento, pues sólo se puede usar para rearmarse el
25% de su sueldo (poco más de
600.000 euros). Debería ser un préstamo remunerado para que las cuentas saliesen y cuadrase otra incorporación postrera.
Hay operaciones '
dormidas' que podrían
reactivarse de ser necesario, si bien el escenario más probable con el que trabaja Antonio Cordón es que salga
Sidnei y, si acaso,
Joel, relegado a la grada como tercer portero, pero ninguno maneja
ofertas que les interesen. Menos probable es la partida del mencionado Carvalho o de
Yassin Fekir. Si todos los astros se alineasen, podría haber sorpresa, pero esa combinación cotiza muy a la baja (casi ni cotiza) en la planta noble del Benito Villamarín. El propio
Manuel Pellegrini, que ansía una buena noticia para afrontar con
garantías tres competiciones tan exigentes, empieza a
resignarse.