Está viviendo un '
déjà vu'. Son ya tres temporadas en las que sueña con afianzarse en la elite, aunque el amago de la
18/19, que saldó con 27 encuentros oficiales con el primer equipo, no tuvo continuidad. Emigró en las segundas vueltas de la
19/20 y la
20/21 para, al menos, quedarse con la tranquilidad de que hay vida lejos del
Barcelona, donde la marcha de Valverde y la contratación de hombres como
Coutinho, Pjanic o De Jong le ha cerrado las puertas definitivamente. Apenas alberga esperanzas de contar para
Koeman, que está pidiendo a su compatriota
Wijnaldum y que, puestos a elegir, se ha decantado antes, incluso, por
Riqui Puig que por él.
El futuro de
Carles Aleñá sigue en el aire. Como hiciera el curso pasado con el
Betis, el centrocampista del Maresme firmó por el
Getafe para buscarse la vida y poner, valga la expresión, otra pica en el Flandes de las oportunidades. No sería un mal sitio para echar raíces el
Coliseum Alfonso Pérez, aunque la amenaza de Segunda y la posible marcha de Bordalás pase lo que pase harían dudar a cualquiera. Pero la otrora joya de
La Masía necesita aclararse lo más pronto posible. En Heliópolis llegaron a pensar en pedir de nuevo su préstamo para dar descanso a
Canales, aunque el interesado prefirió quedarse en tierras catalanas para decidirse después por los azulones.
Con contrato hasta
2022, ninguna de las partes parece dispuesta a firmar una ampliación de no cambiar radicalmente el panorama. Si su destino vuelve a ser una salida en busca de
minutos, Aleñá aboga por cortar ya de raíz su vínculo con los azulgranas, que afrontan una ventana de transferencias, la del próximo verano, que será la última que puede dejar
plusvalías en sus arcas. A partir de enero del año venidero, el de Mataró podría comprometerse ya
libremente y firmar con quien desease, por lo que las cartas quedarán sobre la mesa en unos meses. Desde el 1 de julio, encima, su precio de mercado decrecerá, precisamente, por la inminencia de su fin de contrato, por lo que se convertirá en una
oportunidad de mercado en toda regla.
Tasado por las webs especializadas en
15 millones de euros, Aleñá acaba de cumplir 23 años y tiene un futuro esplendoroso por delante. Acumula
19 partidos (la gran mayoría, con el Getafe), en los que anotó
un gol y brindó dos asistencias. Pese a su rendimiento irregular, dejó una buena impronta en La Palmera, donde tienen subrayado su nombre por si se pusiera a tiro en unas condiciones razonables, jugando entonces la carta del corazón, ya que el propio Carles quedó encantado con su estancia en
Sevilla y nunca lo ocultó. Además, las relaciones entre Betis y Barça incluyen varios
tratos de ida y vuelta que podrían condicionar un hipotético arreglo. Queda tela por cortar aún.