Si no hay contingencias de última hora, que nadie espera, la segunda etapa de
Tonny Sanabria en el Betis toca ya a su fin. Los verdiblancos y el
Torino han alcanzado un principio de acuerdo que está solamente a falta de que el delantero paraguayo pase reconocimiento y estampe su firma hasta
2025 con la entidad 'granata', lo que debería ocurrir en lo que resta de semana. A tiempo, ya que la
ventana invernal de transferencias no se cierra hasta el próximo lunes
1 de febrero a las 23:59 horas. Y será, a priori, el único movimiento heliopolitano en este mercado, pues no se esperan más salidas, ni siquiera cesiones o rescisiones, y tampoco
llegadas, más allá de la promoción de
Luis Martínez o Geovanni desde el filial, que se está estudiando.
En realidad,
Pellegrini no la ve urgente de no salir uno de los centrales (
Sidnei maneja propuestas, que, de momento, no le convencen demasiado), si bien el Betis Deportivo tiene todas sus fichas ocupadas y necesita igualmente liberar alguna para
Unai Rementería y algún otro, por lo que dará una baja también previsiblemente. En los grandes, de no concretarse sobre la bocina la baja de
Dani Martín o la cesión o venta de los que están en el escaparate (
Sidnei, Juanmi, Carvalho), se apostará por la continuidad de los que están, con el
dorsal 19 abierto a las citadas subidas desde Los Bermejales.
Sanabria, que curiosamente comparte agencia de representación con los dos máximos responsables técnicos del Torino (director deportivo y entrenador, un
Davide Nicola que ya lo tuvo y le sacó un buen rendimiento en el
Genoa), regresará a la
Serie A con 24 años en lo que representa un negocio
redondo para el Betis, que recupera lo invertido en el verano de 2016 y que, incluso, obtendrá una plusvalía, aparte del rendimiento (irregular) del delantero en Heliópolis. De esta forma, los verdiblancos pagaron hace cuatro años y medio
7,5 millones a la
Roma por la mitad de su pase, haciéndose con el restante
50% de sus derechos dentro de la gestión para el traspaso de
Pau López.
Por tanto, el
Betis pagó a todos los efectos esos 7,5 kilos por el guaraní, que llegó cobrando dos millones de euros brutos (más incentivos) y vio cómo se le mejoraban los emolumentos cuando renovó a principios de
2019 para irse cedido al Genoa. Un club que, por cierto, aparte de hacerse cargo de su ficha, abonó
550.000 euros por el préstamo de 18 meses. Un ahorro global ese año y medio, por tanto, que ascendió a unos dos kilos netos. Allí no prosperó la opción de compra de
18 millones, que se convertía en obligación según el número de
goles anotados, pero no llegó al
tope fijado.
Ahora, el Torino desembolsará
7 millones de euros y otros
tres en bonus por el
90% del pase del artillero suramericano, que ya consiguió su pasaporte español y, por tanto, actuará en Italia como comunitario (un plus para apostar por su fichaje), con lo que el Betis se reserva aún un porcentaje de una futura venta tras haber recuperado de largo lo que pagó, ahorrándose los
1,4-1,5 netos que cobra. Estrictamente hablando, podría utilizar el
25% de lo amortizado (algo más de dos millones) para
reforzarse ahora, pero prefiere dejarlo para reajustar un tope salarial sobrepasado, como otros muchos clubes, por la inclusión en el balance del retorno de los
espectadores a los estadios.
Según se filtró, el desfase supera los
15 millones de euros, por lo que el Betis necesitará, al menos, enjugar otros seis de aquí al 30 de junio para cuadrar sus números. Este giro puede llegar con alguna otra venta o con otro 'artificio' financiero en el que ya se trabaja desde hace tiempo en la planta noble del
Benito Villamarín. No parece que acudir a los fondos de inversión vaya a ser la solución, aunque hay otras vías. Ya están contabilizados los 9 millones que el
Barcelona le adeuda por
Junior Firpo, más los 9 que deberá ingresar por la marcha al Camp Nou de
Emerson.