Iker Castaño3 min lectura¿Y usted que agua prefiere beber, del grifo o de botella? Se estima que "casi 2.000 millones de personas en el mundo tienen un acceso limitado o nulo al agua potable y que directamente y exclusivamente dependen del agua embotellada", apuntan investigadores del Weill Cornell Medicine de Qatar que han publicado un estudio en la revista científica BMJ Global Health. "Para estas personas que no tienen acceso al grifo, la cuestión no se plantea. Pero para el resto de nosotros, se trata en gran medida de una cuestión de comodidad y de la y a menudo más sana que el agua del grifo. Pero no es así", apuntan los expertos.
Han puesto sobre aviso esta opción, confesando que "hay que ser cautos a la hora de beber agua embotellada", poniendo en tela de juicio esa manida afirmación que "es mejor que consumir agua del grifo debido a que su calidad es mayor". Los investigadores del Weill Cornell Medicine señalan que entre el "10% y el 78% del agua embotellada contiene contaminantes. Algunos de ellos son los microplásticos, ftalatos o bisfenol A, unas sustancias que proceden directamente de las botellas de plástico en las que se vende el agua mineral".
Sobre el consumo de agua embotellada, los investigadores recuerdan que cada año "sigue aumentando" y como ejemplo aseguran que "los estadounidenses utilizan un promedio de 50 millones de botellas de agua de plástico al año". Aunque hay opción de reciclar, el 90% de las botellas de agua de plástico no se reciclan después de su uso. Miles de millones de botellas de plástico ingresan a nuestros vertederos y océanos cada año.
En definitiva, recuerdan los expertos que "desde el punto de vista medioambiental es más recomendable beber agua del grifo. "La dependencia del agua embotellada conlleva importantes costes sanitarios, económicos y medioambientales, lo que exige una revaluación urgente de su uso generalizado", comentan los investigadores. De hecho, varios estudios comentan que el agua embotellada es menos segura que el agua del grifo en algunos lugares.
Esto se debe a que el suministro de agua municipal que llega a nuestros hogares está muy regulado. "La EPA regula los suministros públicos de agua del grifo y establece límites legales para cientos de contaminantes que podrían aparecer en el agua, y regularmente realizan pruebas para detectar estos contaminantes".