Gonzalo Montiel, que disputó el pasado sábado sus primeros minutos de la temporada con el Sevilla FC, no estará disponible el próximo viernes para la visita al Deportivo Alavés, fijada a las 21:00 horas, ya que ha viajado esta semana a su país para someterse a sendas pruebas periciales ordenadas por la justicia argentina a petición de la Fiscalía número 3 de La Matanza dentro del caso que se sigue contra él desde 2019 por unos presuntos abusos sexuales junto a varios familiares a una ex pareja suya. El lateral derecho prestó declaración durante más de dos horas y, a falta de confirmación, no abandonará el país hasta el próximo fin de semana, ya que este viernes está previsto que haya una nueva comparecencia en la citada sede de San Justo para hacer frente a otra solicitud de las partes acusatorias, si bien su defensa y su familia apuntan que ha "aportado pruebas contundentes que le desligan" supuestamente del caso.
"Esta nueva diligencia aportará evidencias que ratificarán, tal como se viene demostrando en la causa, la inocencia de Gonzalo Montiel”, apuntan los letrados que defienden al campeón del Mundo y doble de América, que volverá a atender dentro de tres días los requerimientos del doctor Luis Alberto Brogna. Por este trance ya pasaron el otro investigado, Alexis Acosta, y la denunciante, como corroboró su abogada, Raquel Hermida, mientras que el futbolista nervionense llegó a primera hora de la mañana y, con una capucha que le tapaba parcialmente la cabeza y el rostro, no hizo declaraciones ni a la entrada ni a la salida del despacho judicial. Sus allegados sí filtraron a la prensa que "confían plenamente en que el proceso judicial en curso arrojará los resultados esperados por la defensa", tras, como se ha dicho, la aportación de pruebas que sustentan su coartada.
Los hechos ocurridos datan de las Navidades de 2019, en concreto de varias horas entre esa Nochevieja y el día de Año Nuevo de 2020, cuando Montiel todavía pertenecía a River Plate, que lo traspasó en el verano de 2021 al Sevilla FC a cambio de unos once millones de euros. La azafata y modelo que inició la denuncia afirmó en un vídeo que tuvo mucha repercusión pública que el defensor internacional la violó: "Era su cumpleaños y me invitó a su casa. Estábamos conociéndonos, como ya quedó probado en la investigación, igual que mis gritos en el medio de la reunión”. Según la versión de su letrada, que grabó un vídeo a Carolina, la supuesta afectada, ella apenas recuerda detalles e "imágenes sueltas de lo que pasó", porque "estaba muy drogada", aunque sí sabe que, tras los hechos, fue "arrojada a la calle".