Donald Trump es experto en polémicas. Al expresidente de Estados Unidos y candidato a las próximas elecciones norteamericanas le gustan mucho los deportes de contacto, entre ellos la Ultimate Fighting Championship (UFC), la competición mayoritaria y más seguida sobre artes MMA (artes marciales mixtas). Ahora Trump ha realizado unos comentarios totalmente fuera de tono, mezclando una de sus pasiones como la lucha con una de sus mayores proclamas políticas, todo lo relacionado con la inmigración.
Durante un encuentro de recaudación de fondos con empresarios del petróleo y el gas, Trump propuso crear distintas divisiones dentro de la UFC, en función de la procedencia de los luchadores. Tal y como recoge The New York Times, el expresidente norteamericano querría crear una división específica para inmigrantes que llegaron al país de manera ilegal y otra para sólo "americanos".
Esta loca idea de Trump no tiene ni pies ni cabeza, porque cualquier luchador de la UFC tiene sus papeles en regla al entrar en Estados Unidos para trabajar. Se trata de una parida más del candidato a la presidencia sobre la inmigración en Estados Unidos. En el evento en el que lo dijo, donde no había prensa y era a puerta cerrada, Donald Trump pidió apoyos de alrededor de 1.000 millones de dólares para su campaña electoral.
Recientemente ha tenido lugar un ejemplo muy claro que demuestra que todos los luchadores de la UFC están legalmente en el país. El español Joel Álvarez tuvo que cambiar hace poco, y por segunda ocasión, una pelea debido a problemas para conseguir el visado. De hecho, ningún luchador o profesional del deporte puede participar en ningún evento si no tiene correctamente cumplimentado, en tiempo y forma, con las obligaciones legales de Estados Unidos.
Bien es cierto que se da, de forma bastante común, que una persona pase a estar de manera ilegal en el país al pasarse el límite de días que puede estar en Estados Unidos según su visado, aunque esa situación hace que los luchadores no puedan pelear. En esa situación están el checheno Khamzat Chimaev, el daguestaní Sharabutdin Magomedov y el ruso de nacionalidad austríaca Mairbek Taisumov. De ahí que la UFC tenga firmado un acuerdo con Arabia Saudí, existiendo la posibilidad de llevarse combates allí, donde pueden pelear estos luchadores.
Por todo esto, la idea propuesta por Donald Trump no tiene sentido alguno, aunque lo haya dicho en un evento privado y no en público. Cabe destacar que en el pasado UFC 244 celebrado en Nueva York, el expresidente fue recibido con abucheos, aunque la última vez que se le vio en una velada de MMA fue en el UFC, donde estuvo en primera fila junto a Dana White, actual presidente de la UFC, tal y como se ve en la imagen que ilustra este artículo.