Jorge Vilda fue uno de los nombres que Luis Rubiales se llevó por delante tras su abrupta salida de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Tras la conquista del Mundial Femenino de Fútbol, Vilda fue obligado a dejar su cargo como seleccionador, encontrando trabajo meses tardes al frente de la selección femenina de fútbol de Marruecos.
Desde su salida de la RFEF, el seleccionador madrileño pasó a un segundo plano, aunque presuntamente también participó en las presiones a Jenni Hermoso para que el beso de Rubiales a la jugadora no tuviera consecuencias, una conversación que ahora podría costarle un año y medio de cárcel y una multa de 12.500 euros al entrenador.
Los hechos habrían ocurrido en el avión de regreso de Australia a España, ya con el título de campeonas del mundo, cuando Vilda habría actuado como marioneta del entonces presidente de la Federación, hostigando a Jenni Hermoso a través de la familia de la futbolista.
Fue primero Rubiales quien lo intentó, y luego mandó a sus hombres de confianza, entrando tras ellos en juego Jorge Vilda. El exseleccionador española habría estado hablando durante el vuelo con Rafael Hermoso Fuentes, hermano de Jenni, a quien le habría pedido que convenciera a la internacional para grabar un mensaje en el que reste importancia al beso de Rubiales, aunque la conversación no fue por donde el seleccionador y el presidente de la RFEF deseaban.
Todo se torció, y Vilda habría amenazado al hermano de Jenni Hermoso, según explica la Fiscalía, que además cuenta que el exseleccionador habría amenazado al familiar de la futbolista con consecuencias deportivas y personales si no colaboraba.
Por todo esto, Vilda ha sido acusado como parte de las coacciones a la futbolista madrileña. La Fiscalía pide año y medio de cárcel y el pago de la parte correspondiente de una multa de 50.000 euros, la cual tendría que abonar junto al exdirector de marketing de la Federación, Rubén Rivera, el actual director deportivo del organismo federativo, Albert Luque, y el propio Luis Rubiales, habiendo sido ambos apartados de su cargo nada más conocerse la petición de prisión de la Fiscalía.
Jorge Vilda es parte del problema original en el combinado femenino nacional, puesto que su inmovilismo generó tensión entre las jugadoras, con la llamada crisis provocada por la renuncia de 'Las 15'. El exseleccionador fue encadenando un escándalo tras otro en el banquillo de la Selección, viéndose algunos momentos de tensión en el Mundial de Australia que acabaron conquistando. Ahora podría pagar una dura pena por, quizás, lo más leve de todo lo que se le acusa.