Caparrós es una persona de ideas fijas. Piensa que, si algo funciona, es mejor no tocarlo. O, lo que es lo mismo, prefiere no introducir elementos extraños a mitad de temporada en un vestuario sano.
Hay muchas aspectos, sin embargo, que le invitan a no ser fiel a sus principios, por una vez. Empezando por la última,
la nueva lesión de Gonalons. Al francés, llamado a ser un hombre importante en la zona ancha (así lo ha expresado el propio Machín en distintas ocasiones), no se le puede esperar más, porque, sea por fragilidad o mala suerte, se ha mudado definitivamente a vivir a la enfermería.
Eso implica que el técnico soriano tendrá que tirar de
Roque Mesa y Amadou, y que, por tanto, no podrá utilizar al ex del Lille como defensa, donde
el déficit es evidente, por cantidad y por calidad. Igual 11 millones por
Calero, a quien se le sigue en directo en cada partido, no son muchos, dado como está el mercado y, en concreto, el de los centrales. Tendría riesgos, en cualquier caso, por lo que no sería una decisión fácil.
En el centro del campo hay una obviedad:
Banega no tiene recambio. En verano se pensó en pedir la cesión de
Aleñá y en enero tendría que llegar otro de ese tipo. Es decir, joven y que tenga asumido que crecería a la sombra del '10', quien ha dado un excelente rendimiento como pivote, pero que
debería volver a adelantar su posición, por su facilidad para hacer y dar goles (sólo le bastaron segundos para regalar uno a Ben Yedder ante el Espanyol).
Otro asunto es el de la delantera. Se nota mucho cuando no están André Silva y Ben Yedder. Ya no por el nivel de los recambios, sino porque P
romes y Muriel no son realmente delanteros y, ni mucho menos, goleadores. Resulta tremendamente extraño lo del holandés, un extremo puro fichado para un equipo que juega sin extremos. La desesperación, supongo. Lo ideal sería traer
un André Silva 'de ocasión', de esos que no están jugando en sus equipos o una apuesta de futuro, y ceder al colombiamo, quien día a día se va devaluando (cuando un jugador no funciona, lo mejor es deshacerse de él cuanto antes).
La plantilla tiene taras y ése es el principal motivo para ir al mercado en enero. Pero hay más. Por ejemplo, los procedentes. Con Sampaoli el equipo llegó a enero fortísimo, pero
a partir de febrero se empezó a caer. Es evidente que Franco Vázquez, Banega y Sarabia, principalmente, no podrán mantener siempre el mismo nivel, jugándolo prácticamente todo.
Además,
hay una causa moral: a Machín, al que le dejaron de fichar un central y un segundo delantero en verano, se le prometió que los tendría al reabrir el mercado.
Y una razón más, al margen de que hay dinero en la caja: LaLiga está completamente loca y, si lo de optar a LaLiga sí que parece improbable, no lo es que el equipo acaba en
uno de los otros puestos de Liga de Campeones.