La planificación del
Betis 21/22, como la del resto de clubes, va a estar condicionada por las limitaciones de la pandemia del coronavirus, que han castigado sobremanera a las arcas de las entidades. Ya ha señalado
Ángel Haro, presidente verdiblanco, en una reciente entrevista a los medios oficiales, que habrá ventas antes de verano para cuadrar el límite salarial, lo que conllevará a una política de fichajes austera.
Hay que recordar que la irrupción de la pandemia condicionó los fichajes para esta campaña, todos, a coste cero, una filosofía que se repetirá (
Rui Silva), sin perder de vista a cedidos como
Rober y
Édgar, ambos revalorizados. El primero cuenta con más opciones de quedarse en el primer equipo.
De no hacerlo el segundo, ya cuenta con varias novias.
El polivalente jugador catalán, cedido por el Betis al Oviedo, ha atraído el interés de conjuntos de Primera e, incluso, de algún gallito de Segunda, según apuntan en tierras asturianas. El central, reconvertido a mediocentro por
Rubi, es un fijo en el cuadro carbayón, disputando 25 partidos (23 titular) a las órdenes del Cuco Ziganda.
El Betis, como a Robert, le está siguiendo, y no hay ninguna decisión tomada acerca de su futuro. En este momento, a la espera de conocer el devenir de
Carvalho, uno de los principales nombres en la lista de futuribles ventas, el conjunto bético cuenta en el centro del campo con
Guido,
Paul y
Guardado, con la participación en ocasiones de
Canales.
Con contrato con el Betis hasta 2023, se abren nuevas opciones en el futuro de Édgar en el caso de no quedarse bajo la disciplina de Manuel Pellegrini.