Charly
Musonda, a los 16 años, era considerado como el mejor futbolista del mundo entre los de su
generación. Hoy en día, con 24, vive un auténtico
calvario... En
Sevilla, concretamente en
Heliópolis, se le conoce bien. El belga llegó al
Betis en el mercado invernal de la 15/16. Precedido de una merecida fama en el
Chelsea como uno de sus
canteranos más prometedores, jugó 16 encuentros, dejando una grata impresión gracias a sus fintas y desbordes. Los
problemas comenzaron a surgir en su segundo año de
cesión; ocho partidos hasta diciembre de 2016, regresando a
Londres.
La
rodilla comenzó a darle problemas, aunque continuó su carrera. Cesión al
Celtic en la 17/18 y un año después, de nuevo cedido, al
Vittesse, sufriendo la primera rotura de
ligamentos cruzados de la rodilla. La
temporada pasada, también en los
Países Bajos, disputó tan sólo tres encuentros antes de volver a pasar por el
quirófano, jugando su último partido el 16 de agosto de 2019.
"Han pasado cuatro años desde que podía jugar partidos
profesionales seguidos. Tres años desde la última vez que jugué para mi
club. En dos de esos últimos cuatro años, me lesioné el ligamento cruzado de la rodilla. No sentía nada más que
angustia y dolor. Los médicos me dijeron que pasar por una
cirugía después de haber estado tanto tiempo fuera sería mi final", escribe en su cuenta de Instagram, donde ha colgado diferentes vídeos entrenando con el
sueño de regresar a los terrenos de juego: "Estoy haciendo todo lo posible por jugar una vez más".
En las dos últimas
temporadas apenas ha podido jugar siete encuentros, pero Musonda, a sus 24 años, no se rinde: Seguiré escalando la
montaña insuperable todos los días para correr con el
balón una vez más, porque no hay mejor sensación que enfrentarse a uno mismo y sentirse
vivo. Hasta que llegue el momento seguiré entrenando y creyendo en una remontada imposible". "#EstaEsMiHistoria", escribe.