El
Rayo Vallecano, próximo rival liguero del
Betis, cerró ayer una semana muy convulsa en la que la directiva destituyó a
Míchel como entrenador y volvió a apostar por
Paco Jémez, que ha regresado al club con la difícil misión de salvar al equipo y con cambios en el método de trabajo del día a día.
El
Rayo Vallecano perdió la pasada jornada frente al
Villarreal y encadenó su séptima derrota consecutiva. Esa mala racha, unida a los 23 puntos que mantienen al equipo en descenso, hizo que la directiva decidiera destituir a
Míchel, un símbolo del rayismo y el artífice del ascenso a Primera de la pasada temporada.
El sustituto del otrora mediocampista ha sido un viejo conocido,
Paco Jémez, jugador en dos etapas y entrenador entre 2012 y 2016. Su salida se produjo con un traumático descenso a
Segunda y, precisamente, evitar que se repita es el objetivo que tiene ahora por delante en las diez jornadas que restan de
Liga.La primera etapa del nuevo proyecto del cordobés será esta semana, el domingo 31 de marzo, frente al
Betis. Su debut será en
Vallecas y con una auténtica final por la permanencia en la que ya no hay margen de error. En ese partido es probable que ya se vean sus señas de identidad, que pasan por ser un equipo atrevido, que gusta del fútbol de toque y de salir desde atrás con el balón jugado. Lo único que impediría ese cambio de imagen en el juego es el tiempo, como reconoció el técnico.
Elustondo, O.K.La nota positiva del último entrenamiento de la semana fue la mejoría del centrocampista
Gorka Elustondo, que saltó al césped al margen de sus compañeros por primera vez, tras su grave lesión de rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que se produjo en diciembre de 2018.