El apartado de
las cesiones es y seguirá siendo un arma de doble filo. Se trata de una herramienta muy útil, popularizada en España cuando el dinero de las televisiones aumentó las diferencias entre los clubes más pudientes y los que menos repercusión mediática tienen, para que estos últimos completaran sus plantillas para poder competir en una competición tan exigente como la española.
Los que 'sueltan' futbolistas también se benefician, cobren o no por ese préstamo, ya que se ahorran fichas (o parte de ellas), respetando los límites salariales impuestos por LaLiga y dejando hueco para otros refuerzos, amén de brindar minutos a quienes, de alguna manera, constituyen tu patrimonio, logrando que se revaloricen, en ciertos casos, o, como poco, no pierdan ni la forma física ni el valor en el mercado.
En clave bética, este recurso se ha reducido esta campaña a su mínima expresión. Y es que, a falta del mercado invernal que ha arrancado este martes, únicamente
Giovani Lo Celso aterrizó en La Palmera bajo esta fórmula, a diferencia de otros cursos. El argentino ha superado, incluso, las expectativas, por lo que ya es 'vox populi' que se ejecutará su opción de compra (de 22 millones, pagaderos en tres plazos de siete, siete y ocho durante dos años), posiblemente para aprovechar el verano próximo alguna de las pingües ofertas que están llegando a la planta noble del Villamarín y que generarían una interesante plusvalía.
El camino opuesto (cedidos desde Heliópolis a otros destinos) han enfilado en lo que va de 18/19 cinco futbolistas, que tratarán de esquivar esa vía de no retorno en el que se ha convertido. De hecho, los que triunfan a la vuelta de un préstamo se pueden contar con los dedos de una mano, sobrando varios.
Arzu, que exprimió al máximo su paso por el Córdoba en la 01/02, se mantuvo posteriormente una década en el primer equipo verdiblanco. Pero fue una raya en el agua. Lo normal es que quien sale vuelva a hacer la maleta cada semestre o cada verano, marchándose al final libre o a bajo coste.
Fabián, otro canterano como el nazareno Arzu, repitió su experiencia en la 16/17, cuando jugó a préstamo en el Elche. Setién lo hizo indiscutible en el Betis, hasta el punto de que el Nápoles ha pagado por él los 30 millones de su cláusula de rescisión. Un negocio redondo, como el conseguido con
Pezzella, que no contaba para Quique y que, tras su cesión a la Fiorentina, dejó en las arcas once kilos en total.
Serra y Haro esperan que estas excepciones tengan continuidad con
Camarasa, uno de los cinco que salieron en busca de oportunidades (junto a
Tosca, Brasanac, Narváez y Álex Alegría) y que está causando sensación en la Premier League.