Roman Zozulia tuvo que pasar nueve meses sin trabajo, después de que su fichaje por el
Rayo Vallecano en enero de 2017, una vez que se había desvinculado ya del
Betis, se rompiese por la fortísima presión popular de la afición vallecana, que llegó a manifestarse y que empapeló el barrio madrileño con unos carteles en los que rechazaban su fichaje por unas informaciones que le acusaban de fascista, nazi, xenófobo y paramilitar.
Tuvo que soportar insultos y un recibimiento muy hostil en
Vallecas que, según explicaría luego el propio delantero, le hizo temer por su seguridad y por la de toda su familia. Bien, pues todo ello, respondía a una campaña orquestada desde las cloacas del poder de Rusia para desastibilizar al gobierno de Ucrania, con el que mantiene una contienda por los territorios de
Crimea. Así lo aseguró el presidente ucranio,
Petró Poroshenko, en una entrevista al diario
El País con motivo de su reciente visita a
Madrid para reunirse con
Pedro Sánchez en La Moncloa. "Son noticias falsas distribuidas por Rusia, campañas de cientos de millones de dólares para ejercer influencia en países democráticos y crear inestabilidad", espetó
Poroshenko, quien se mostró rotundo con el 'caso Zozulia': "Es una maquinaria bien financiada y organizada para distribuir noticias falsas. El señor
Zozulia es muy conocido en
Ucrania, pero aquí no hubiera aparecido en los grandes medios si no hubiera sido por este caso. Cuando comenzaron los ataques a
Zozulia, se convirtió en una noticia de primer orden para los medios rusos. La reacción de los dueños del equipo (
Rayo) y los seguidores fue creer esas informaciones falsas.
Zozulia no hizo nada malo. Solo defendió su país, como cualquier patriota", argumentó.
El exbético recuperó la sonrisa en el
Albacete, con el que ha anotado 9 goles en 30 partidos.