Roman Zozulya lleva sin jugar desde el 22 de enero (59 minutos, frente al Sporting). Después, llegó todo
el lío con el Rayo Vallecano y una convocatoria con ucraniana, por parte de un Andriy Shevchenko que no llegó a darle minutos, dejándole incluso en la grada en el segundo de los encuentros que iba a disputar su selección. Desde entonces, han sido muchos los agentes que han movido al delantero del Betis por
clubes de distintas ligas, pero, algunos tras sopesarlo mucho,
todos acabaron declinando la opción de acogerle, ante el temor de que se desencadenase un problema similar al vivido con la afición de la entidad madrileña.
El caso es que Zozulya no ha estado sin hacer nada. No en vano, ha tenido tiempo de
fundar un nuevo club, el CK Dnipro-1. Y no sólo eso: el delantero verdiblanco ha conseguido que comience jugando
en la segunda división de su país, pese a que iba en contra de los estatutos de la Premier Liga ucraniana. "La mayoría de los clubes han aprobado su inclusión", ha dicho Sergei Makarov, el presidente del campeonato. Y lo ha confirmado el propio Zozulya: "Amigos,
hemos recibido la certificación para el CK Dnipro-1".
"Hemos dado un paso muy grande. Sí, creo que es el Dnipro-1 es el Dnipro, pero con gente nueva al mando.
Espero que en dos años esté jugando las mejores competiciones", ha indicado un feliz Zozulya, quien se ha encontrado después con los problemas, pues los aficionados del otrora semifinalista de la Europa League se niegan a animar al nuevo club, el cual
aún lucha por no desaparecer (está denunciado, entre otros, por el agente de Juande Ramos, a quien adeudan unas cantidades). Pero Zozulya, convencido de que sólo quedará el nuevo, insiste: "
Pronto el Dnipro-1 será el Dnipro, sin sufijos".
El caso es que el club creado por el aún atacante bético
ya está fichando jugadores, y hasta le ha birlado el entrenador (Dmytro Mykhailenko) al Dnipro de siempre, que tendrá que poner al cargo de su equipo al preparador del juvenil, Alexander Poklonskyy.
Lo que no ha aclarado Zozulya, que tiene
contrato en el Betis hasta 2019, es si él mismo formará parte del flamante Dnipro-1 -lo cual supondría u
n importante alivio para los rectores heliopolitanos-, o si únicamente ayudará a la gestión de la entidad desde la distancia.